El Estado está obligado por la nueva legislación a deshacerse de su participación en la matriz de Bankia, el Banco Financiero y de Ahorros (BFA), que ha sido nacionalizada esta semana, antes de tres años, y lo hará mediante una subasta competitiva, según dejaron claro ayer fuentes de Economía. Será, por tanto, un proceso que permitirá a la banca española pujar por una de las grandes entidades del país, la cuarta por volumen de activos pero una de las primeras por actividad hipotecaria.

Como ya se ha informado, la primera decisión que adoptó el nuevo presidente del grupo, José Ignacio Goirigolzarri, tras tomar posesión en el cargo en sustitución de Rodrigo Rato, esta misma semana, fue someter al consejo de administración la conversión en acciones del préstamo de 4.465 millones que concedió el FROB en 2010.

Esta acción supone en la práctica la nacionalización del grupo financiero, dado que el FROB pasará a tener casi el 100% del capital de BFA y a controlar por tanto el 45% de Bankia, que se enfrenta ahora a un proceso de reestructuración.

A partir de ahora, la entidad se enfrenta a un proceso de reestructuración que dirigirá Goirigolzarri, y que podría pasar por operaciones de desinversión y probablemente por la petición de ayudas públicas.

Desde que se anunció que el grupo sería nacionalizado, las acciones de Bankia han caído el 15,6 %, lo que se traduce en unas pérdidas de su valor bursátil de 766 millones de euros.

La nueva reforma financiera aprobada ayer por el Gobierno, que implicará un aumento de las provisiones para los activos inmobiliarios "sanos", presionó a la baja la cotización de todos los bancos españoles en la sesión bursátil de ayer. Bankia fue la entidad más afectada, al caer un 1,62%.

El selectivo español, el Íbex 35 retrocedió ayer un 0,71%, lastrado por las pérdidas de los bancos y se desmarcó, como París (-0,01%), del resto de grandes plazas europeas: Fráncfort subió un 0,95%, Londres, un 0,57%, y Milán, un 0,29%.