El Fondo Monetario Internacional (FMI) pidió ayer un aumento inmediato del IVA, una bajada de los salarios públicos y la eliminación de beneficios fiscales para alcanzar la consolidación fiscal necesaria y poder cumplir con los objetivos fijados.

En la presentación de un informe periódico sobre la economía española, el FMI subrayó la dificultad de que se cumplan los objetivos presupuestarios del gobierno este año por lo que le conminó a cumplir con esta "lista de recomendaciones" en la que además insta a "dar mayor énfasis a las privatizaciones" y más control sobre las comunidades autónomas para mantener el equilibrio fiscal, "por ejemplo, advirtiendo inmediatamente a algunas regiones e interviniéndolas rápidamente si no logran responder a tiempo".

El Fondo, que reconoce la "relevancia" de las reformas presentadas por el Gobierno, indicó que el marco de disciplina fiscal "aún necesita mejoras, y cuanto más fuerte sea, tanto más probable será que los mercados acepten una senda de consolidación más suave", ya que la confianza "es débil".

El informe recuerda al equipo de Mariano Rajoy "que ninguna opción debe ser descartada", y asegura que hay margen para reducir los beneficios fiscales, que es deseable una reducción de las cotizaciones a la seguridad social o eliminar la deducción por vivienda.

Para la institución que dirige Christine Lagarde "no debería haber más amnistías o aumentos transitorios de tipos", ya que son medidas que ofrecen ganancias puntuales y no permanentes, al tiempo que pide que se proteja "el gasto en los más vulnerables".

En otro contexto, el Banco Central Europeo (BCE) aseguró ayer que va a ayudar a los bancos con más liquidez, en caso necesario, y descartó que exista riesgo de inflación en algún país de la zona del euro, lo que facilita una próxima bajada de los tipos de interés.

En el transcurso de una conferencia de prensa, el presidente del BCE, Mario Draghi, dijo que "el Eurosistema va a seguir proporcionando liquidez a los bancos solventes donde sea necesario".

Draghi se manifestó de este modo ante los rumores que comenzaron a circular ayer en los mercados europeos sobre una acción coordinada de los principales bancos centrales para inyectar liquidez en el mercado, en función del resultado de las elecciones que se celebrarán mañana en Grecia.

Ante este escenario de incertidumbre, la prima de riesgo española marcó ayer un nuevo máximo al cierre desde la entrada en el euro al finalizar en 543,7 puntos básicos, unas décimas más que el jueves. De manera paralela, la rentabilidad del bono español a diez años terminó la sesión en el 6,87%, por debajo del 6,91% del día anterior, pero todavía cerca del 7%, que es el nivel que los analistas consideran crítico.

Por su parte, la bolsa española subió el 0,34% impulsada por los mercados internacionales y el avance de los valores industriales y del sector eléctrico, que permitió escalar 23 puntos al Íbex 35 hasta 6.719, lo que lo devuelve a los índices de mayo.