La Comisión Europea (CE) aseguró hoy por ahora que ningún país ha solicitado compra de deuda por parte del fondo de rescate europeo (FEEF) y recordó que si España o cualquier otro país quiere acceder a ese apoyo debe solicitarlo.

"No ha habido ninguna petición de ningún país para activar los instrumentos", señaló en rueda de prensa el portavoz comunitario Antoine Colombani.

"Cualquier decisión sobre la solicitud de ayuda financiera del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) o del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) compete al Estado miembro afectado", añadió.

El Ejecutivo comunitario no quiso comentar las declaraciones del presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, ayer en Fráncfort (Alemania), en las que afirmó que la entidad activará medidas no convencionales si los países en apuros solicitan primero ayuda al fondo de rescate para que intervenga en los mercados de deuda.

El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, y el primer ministro italiano, Mario Monti, que se reunieron en Madrid, no aclararon si solicitarán este tipo de ayuda.

"Todo lo que puedo decir es que la CE ha tomado nota de los comentarios del presidente Draghi, pero no comentamos de manera específica sobre los anuncios o directrices dadas por el BCE y posibles acciones que podría tomar", señaló el portavoz comunitario.

Colombani tampoco quiso entrar a valorar si España dispone de tiempo hasta septiembre para solicitar la ayuda o debería actuar este mismo mes de agosto: "Es el Estado miembro el que debe determinar esto, no tenemos ningún comentario específico que hacer o especulación sobre lo que podría pasar este verano".

Sí reiteró, no obstante, que España realiza "esfuerzos significativos".

En cuanto al plan presupuestario para 2013 y 2014 que Madrid se comprometió a remitir a Bruselas antes de finales del mes de julio para especificar las medidas que piensa tomar para rebajar el déficit por debajo del 3 % en 2014, la Comisión confirmó que sigue sin recibirlo.

Las palabras de ayer de Draghi provocaron una reacción inmediata en los mercados de deuda, donde la prima de riesgo llegó a dispararse por encima de los 600 puntos básicos, y una marcada caída en las bolsas que parece moderarse a lo largo de la mañana.