Los inversores privados tomarán el control del "banco malo" y se podrán beneficiar de ayudas públicas para entrar en la sociedad, en la que el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) tendrá desde un principio menos del 50 % del capital, según fuentes del Ministerio de Economía.

La institución que encabeza Luis de Guindos está convencida del interés que despertará el "banco malo", gracias a que los precios que pagará por los activos podrían ser más bajos que los que tienen provisionados las entidades financieras, de modo que habrá "perspectivas de rentabilidad adecuada".

De hecho, fuentes de Economía reconocieron que las provisiones realizadas para reconocer la caída del valor de los activos "no son un suelo" y, por tanto, puede haber un "esfuerzo o pérdida adicional" para la banca por algunos tipos de activos traspasados, aunque "no puede ser significativa" dados los elevadas saneamientos.

El banco malo se pondrá en funcionamiento en noviembre y adquirirá en diciembre los activos dañados de las entidades financieras, que a cambio podrán recibir efectivo, acciones o deuda avalada por el Estado que podrán descontar en el Banco Central Europeo (BCE).

Según fuentes de Economía, el "banco malo", que tendrá la forma de sociedad anónima o de fondo de inversión, no tendrá límite legal para endeudarse, aunque ello no repercutirá en la deuda del Estado.

En cualquier caso, sí que afectará al déficit público la parte de dinero que tenga que destinar el FROB para constituir el "banco malo", que provendrá del máximo de 100.000 millones que ha concedido Bruselas para sanear el sistema financiero.