El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, ha confirmado este jueves que comprará bonos soberanos de los países en crisis de la eurozona para garantizar la "irreversibilidad" del euro. La intervención tendrá "estrictas condiciones" y deberá ir precedida por una petición de ayuda al fondo de rescate de la UE por parte de los Gobiernos beneficiarios. Tras este anuncio, el Ejecutivo de Mariano Rajoy estudiará con detalle el programa para ver si conviene a España.

Según Draghi, este programa "no tendrá límites previos" y contará con la "talla adecuada para lograr sus objetivos". Se concentrará en la compra de bonos con vencimientos entre uno y tres años para ayudar a los Gobiernos mientras surten efecto las reformas estructurales emprendidas.

El BCE renunciará a su condición de acreedor preferente y aceptará "el mismo tratamiento que los acreedores privados" si se da la reestructuración de la deuda adquirida. La liquidez inyectada en el sistema con estas compras se retirará "plenamente" con otras operaciones, ha explicado el banquero italiano.

La cantidad de deuda adquirida se publicará cada semana de forma agregada. Draghi ha dicho que este programa, denominado OMT, permitirá a la entidad tratar las "distorsiones severas" en los mercados de bonos, garantizar la "irreversibilidad del euro" y evitar "escenarios catastróficos".

"Nos adherimos estrictamente a nuestro mandato", ha defendido Draghi. y ha admitido que esta decisión "no ha sido unánime" sino que ha habido "una opinión discrepante", la del presidente del Bundesbank, Jens Weidemann.

Al tiempo, Draghi ha insistido en que no puede hablarse de "rescate blando" porque la compra de bonos estará sujeta a "estrictas condiciones". El país beneficiario deberá pedir la activación del fondo de rescate de la UE y firmar un memorándum de entendimiento, supervisado por el Fondo Monetario Internacional (FMI).

De hecho, la directora del FMI, Christine Lagarde, ha expresado el "fuerte" apoyo de la institución internacional al nuevo plan del BCE asegurando que "el FMI está listo para cooperar dentro de los límites de nuestro marco de actuación". "Consideramos la acción del BCE como un paso importante hacia el fortalecimiento de la estabilidad y el crecimiento de la zona euro", concluyó Lagarde.

También se ha mostrado favorable a este programa el vicepresidente de la Comisión y responsable de Asuntos Económicos, Olli Rehn, ya que ha considerado que ayudará a "restaurar la confianza de los inversores" y ha dicho que vigilará que los países que pidan asistencia cumplan "las estrictas condiciones" asociadas.

Draghi ha continuado puntualizando que "la adhesión de los gobiernos a sus compromisos y la intervención de los mecanismos de rescate son condiciones necesarias" y "para restaurar la confianza, los políticos deben seguir con gran determinación con la consolidación fiscal, las reformas estructurales y la reforma de las instituciones europeas".

Los países interesados deberán pedir o bien un rescate completo como el de Grecia, o bien un programa preventivo que incluya al menos la compra de bonos en el mercado primario. La intervención va dirigida de forma prioritaria a los países que todavía no han pedido el rescate completo.

Aun así, la institución suspenderá la compra de deuda "cuando no se cumpla el programa de ajuste macroeconómico", según ha avisado el banquero italiano.

Sin embargo, los criterios para acceder a las operaciones de refinanciación de la institución se han relajado. El BCE suspende la exigencia de una calificación crediticia mínima para aceptar garantías en las operaciones del Eurosistema.

"El Consejo de Gobierno del BCE ha decidido suspender la aplicación de una calificación crediticia mínima a los colaterales aceptables en las operaciones de crédito del Eurosistema en el caso de instrumentos de deuda emitidos o garantizados por el Gobierno central de países que pueden tomar parte en las Transacciones Monetarias Abiertas o que se encuentran bajo algún programa de la UE y el FMI y se ajustan a las condiciones del mismo", explicó la institución.

Asimismo, el ''Guardián del euro'' aceptará como garantía en las operaciones del Eurosistema aquellos instrumentos de deuda denominados en otros monedas distintas al euro, como dólares, libras y yenes, emitidos en la zona euro.

Esta decisión ha sido celebrada por el presidente del Parlamento Europeo, el socialista alemán Martin Schulz, por considerar que se trata de un "paso importante" para resolver la crisis de deuda y ha coincidido con Draghi en que el ero "es un proyecto irreversible".

Paralelo a esta resolución, el BCE ha decidido mantener estables los tipos de interés del euro en el mínimo histórico del 0,75%. ESTÁ "EN MANOS DEL GOBIERNO ESPAÑOL" LA PETICIÓN DE COMPRA DE DEUDA

"En cuanto a España, nosotros hemos marcado una ruta, está en manos de los Gobiernos, del Gobierno de España y de los Gobiernos de la eurozona" decidir si activan la compra de deuda, ha dicho Draghi en rueda de prensa al ser preguntado por si el nuevo programa estará listo en octubre, cuando el Gobierno de Mariano Rajoy debe hacer frente a importantes vencimientos de deuda.

Previo a este anuncio del banquero italiano, el ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García-Margallo, había instado al BCE a apagar el "incendio" de las economías periféricas "con cubos de agua" porque no hay "extintores".

Ante la resolución de la institución europea, el Gobierno de Mariano Rajoy estudiará con detalle este programa, ya que quiere saber qué condiciones implica acudir al fondo de rescate permanente de la UE y ver si "conviene" a España y al euro, según han informado fuentes del Palacio de la Moncloa.

Rajoy se ha limitado a decir en rueda de prensa, tras reunirse con la canciller alemana, Angela Merkel, en el marco de la cumbre hispano-alemana, que no hay novedades sobre la eventual petición de rescate. "Cuando tenga alguna novedad se la contaré. Aún no he tenido tiempo de leer la comparecencia de Mario Draghi", ha dicho.

Fuentes del Gobierno han renunciado a valorar la propuesta del eurobanco alegando que no habían podido escuchar las palabras de Draghi porque estaba terminando la reunión con Merkel. Ahora, han añadido, hay que estudiar "la letra pequeña" y analizar con "calma" y "detenimiento" lo que plantea el BCE para "ver si conviene a España y al euro".

Así, en el Gobierno insisten en que no conviene precipitarse en una decisión de este tipo, que hay que tomar con las perspectivas puestas en el interés general de España y de la moneda única. "Se está en una situación complicada y hay que estudiarlo con mucha prudencia y detenimiento", asegura un portavoz del Gobierno.

Otro de los países susceptibles a este nuevo programa del BCE, Italia, se ha pronunciado al respecto. Su primer ministro, Mario Monti, ha calificado de "importante paso adelante" esta resolución pero ha dicho que cree que su país no necesitará esta ayuda.

"Italia continúa avanzando en el sentido de la disciplina y las reformas, lo que podría, y yo creo que podrá, hacer que no sea necesario recurrir a esta ayuda", ha dicho Monti en rueda de prensa tras reunirse con el presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso.