El presidente de la Federación Canaria de Importadores y Distribuidores de Automóviles (Fredica), Rafael Pombriego, señaló ayer a EL DÍA, tras conocerse públicamente que las matriculaciones de turismos cayeron con fuerza en Canarias y en el conjunto de las autonomías el pasado septiembre, que se trata de un revés que "se une a las caídas de los meses anteriores. Lo cierto es que cerraríamos el año con un descenso por encima del 20% que sumado a los cuatro años anteriores ya alcanza el 70%, por lo que esperamos que el Programa de Incentivos al Vehículo Eficiente (PIVE) sirva para aligerar esta situación".

Con respecto al plan PIVE, que ayer entró en vigor, Pombriego hizo "una valoración positiva aunque es verdad que el plan llega un poquito tarde... aunque nunca es tarde si la dicha es buena".

"Yo creo que al final el sector puede, en la medida de lo posible y si las cosas van bien, salvar un año que se presenta realmente malo, que suma cuatro años de caídas permanentes y que ha puesto al sector en una verdadera encrucijada, porque ya empezaba a peligrar el futuro de muchas empresas. A ver si se materializa en operaciones", dice mostrándose esperanzado.

Incentivar la demanda

La actual situación económica, la falta de acceso al crédito y la baja confianza de los consumidores no parecen augurar una buena campaña, aunque el presidente de la patronal del automóvil espera que "pueda servir para que gente que tiene dudas o que necesitan el coche dé el último paso y se incentive ese tipo de venta".

No obstante, Pombriego recordó que "poca esperanza había en el efecto de los planes G que se pusieron en marcha hace dos años, y lo tuvieron, ya que generaron un 20% de demanda, aunque las circunstancias ahora son totalmente distintas, porque estamos en una fase mucho más complicada que la anterior, pero con que se genere una demanda inducida del 10%, ya deberíamos darnos con un canto en el pecho", estimó.

Asimismo, el responsable de Fredica puso de relieve una acción que pretende dar un impulso al sector porque, "tal y como estamos, algo había que hacer, porque si el Estado sigue con esta tendencia, con cifras de la década de los 80, se podría poner en peligro la viabilidad de muchas empresas".