La Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb) ha fichado al máximo responsable inmobiliario de ING en España y Portugal, Walter de Luna, como director general, lo que lo convierte en el máximo ejecutivo después de la presidenta, Belén Romana.

Tanto el nombramiento de Romana como el de De Luna fueron aprobados en la reunión que el pasado jueves celebró la Comisión Rectora del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), aunque no se hizo público hasta ayer.

Los nombramientos de los dos máximos ejecutivos deberán ser ahora ratificados por el Consejo de Administración del "banco malo", que aún no ha sido constituido.

El consejo de administración estará integrado por un mínimo de 5 y un máximo de 15 miembros, un tercio de ellos independientes. Todos deberán poseer conocimientos y experiencia adecuados para ejercer sus funciones y no podrán desempeñar ningún cargo político electo. Además, según recoge el decreto con las reglas del "banco malo", publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE), no podrán formar parte del consejo de administración de la sociedad quienes tengan relaciones laborales, mercantiles o profesionales con sociedades dedicadas a una actividad análoga a la de la Sareb.

Entre sus primeras funciones, el consejo tendrá que constituir un comité de auditoría y un comité de retribuciones y nombramientos.

Este último supervisará la política general de retribuciones e incentivos de los miembros del consejo de administración del "banco malo" y de los directivos.

Mientras tanto, el Banco de España cree que el proceso de reestructuración financiera concluirá "en breve", después de que en "unos pocos meses se hayan logrado grandes avances". Una situación que se contrapone con la del periodo 2008-2011, en el que se tomaron medidas que "no lograron restablecer la confianza sobre la solidez de un segmento del sistema bancario español".