La zona del euro continúa siendo el enfermo de la economía global y el que presenta el mayor riesgo, según la OCDE, que revisó hoy a la baja sus expectativas para los próximos dos años y advirtió también de que hay que evitar recortes excesivos, por su impacto recesivo.

En su informe semestral de Perspectivas, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) calculó que el Producto Interior Bruto (PIB) de la zona del euro caerá este año un 0,4 %, frente al 0,1 % de baja que esperaba en mayo, y bajará un 0,1 % en 2013.

Los autores del estudio rectificaron igualmente a peor las anticipaciones sobre la evolución en Estados Unidos, que este año crecerá un 2,2 % (habían calculado un 2,4 % en mayo), un 2 % el próximo (frente al 2,6 %) y un 2,8 % en 2014.

La recesión en la zona del euro seguirá hasta bien entrado 2013, que terminará con un descenso del 0,1 %, cuando en primavera auguraba una recuperación del 0,9 %. Para el avance del PIB habrá que esperar a 2014, con un 1,3 %.

Esas nuevas cifras, que coinciden mucho con las presentadas por la Comisión Europea hace una veintena de días, reflejan la corrección a la baja de las estimaciones para los grandes países de la eurozona Alemania, Francia, Italia y España.

En los dos primeros, el PIB aumentará a un ritmo inferior al 1 % tanto este ejercicio como el próximo: 0,9 % y 0,6 % para Alemania respectivamente y 0,2 % y 0,3 % para Francia.

Entre los seis países de los 34 miembros de la OCDE que estarán en recesión en 2013, cinco pertenecerán a la moneda única: Grecia (-4,5 %), Eslovenia (-2,1 %), Portugal (-1,8 %), España (1,4 %) e Italia (-1 %). El sexto, Hungría, también será europeo (-0,1 %).

En el caso de Japón, este año se tendrá que conformar con un alza del PIB del 1,6 % (se había augurado un 2 % en mayo), de sólo un 0,7 % el próximo (frente al 1,5 %) y de un 0,8 % en 2013.

En total la OCDE en su conjunto progresará un "modesto" 1,4 % tanto en 2012 como en 2013 y un 2,3 % en 2014.

Su economista jefe, Pier Carlo Padoan, además de constatar el nuevo "debilitamiento" de la economía global tras cinco años de crisis, advirtió de que no se puede descartar que se vuelva a producir una gran contracción motivada por Estados Unidos o la zona del euro.

El reto en Estados Unidos -recordó Padoan- es impedir el llamado "precipicio fiscal", es decir el recorte automático y mecánico del gasto público si no hubiera un acuerdo político de aquí a fin de año.

Sobre la zona del euro, el economista jefe afirmó que "el progreso ha sido destacable en los dos últimos años" en la construcción de dispositivos de salvamento para los bancos con dificultades y para los problemas de las deudas soberanas.

Pero a continuación previno de posibles fallas si el programa de rescate de un país no se aplicara a tiempo con el suficiente impacto e insistió en que el retraso en la puesta en marcha de la unión bancaria también tendría consecuencias negativas en la sostenibilidad de la zona del euro.

Avisó, por otra parte, de que hay que evitar que los recortes necesarios para equilibrar las cuentas en los países con déficit sean excesivos a corto plazo, y eso concierne a la negociación de las próximas semanas en Estados Unidos y a la moneda única.

La receta para la zona del euro, donde un elemento clave es restablecer la credibilidad, sería fijar los objetivos para disminuir el endeudamiento a largo plazo y comunicarlos de forma coordinada.