La sentencia ayer del Tribunal de Justicia de la UE (TJUE) que ampara el "derecho al olvido" en la red, y que es fruto de un litigio entre la Agencia Española de Protección de Datos y Google, supone una revolución a la hora de garantizar la intimidad y privacidad de los ciudadanos, según expertos legales. Esta resolución establece que Google es un motor de búsquedas pero que, además, trata la información y se exige por tanto que en ciertas situaciones se retiren los enlaces a informaciones publicadas en el pasado si dañan al ciudadano y ya no son pertinentes; se indica además que se estudiará cada caso por separado. El abogado Joaquín Muñoz, representante del español Mario Costeja, convertido quizás sin proponérselo, en impulsor del llamado "derecho al olvido" en internet, al desencadenar el caso que ha concluido con esta sentencia, destacó su alcance porque confirma el derecho del ciudadano a la privacidad y a decidir quien trata o no sus datos personales. Costeja explicó a Efe que el fallo es coherente y satisfactorio, al establecer unas "reglas de juego" para estas compañías y los ciudadanos; "Google era una gran herramienta, y ahora es perfecta", sentenció. Costeja matizó al puntualizar por último que "nunca" ha defendido en sí el derecho al olvido, sino la "supresión de datos irrelevantes, que puedan ofender a las personas o menoscabar su dignidad".