El Espírito Santo Financial Group, máximo accionista del Banco Espírito Santo (BES), dejó de cotizar hoy en el principal índice de la Bolsa de Lisboa doce días después de ser suspendido por la brusca caída del valor.

La entidad que gestiona el PSI-20, Euronext, anunció que la compañía fue "retirada al último precio conocido", a 1,1 euros por título, un 60 % inferior al que se vendía hace sólo un mes.

El Espírito Santo Financial Group es una sociedad que agrupa el negocio financiero de todo el Grupo Espírito Santo, actualmente en crisis por el elevado riesgo de insolvencia en varias de las empresas que lo conforman.

De hecho, a través de esta sociedad financiera, la familia Espírito Santo -una de las más ricas y poderosas del país- posee el 20,1 % del BES, por delante de Crédit Agricole (14,6 %), la brasileña Bradesco (3,9 %) y la lusa Portugal Telecom (2,1 %).

La decisión del Euronext, además, reduce a 19 el número de firmas que cotizan en el principal selectivo lisboeta.

El Espírito Santo Financial Group vio la semana pasada cómo la agencia Moody''s rebajaba su nota a "Ca", una calificación indicada para inversiones "con pocas posibilidades de evitar el incumplimiento".

La crisis que afecta al Grupo Espírito Santo amenaza incluso el rendimiento económico de Portugal como país, y ayer mismo tanto el jefe del Estado, Aníbal Cavaco Silva, como miembros del Gobierno reconocieron que la delicada situación por la que atraviesa uno de los mayores conglomerados empresariales lusos tendrá un impacto negativo.

A la espera de que varias compañías controladas por la familia se declaren en quiebra, las autoridades portuguesas insisten en diferenciar la situación del grupo de la del BES, entidad que aseguran que es solvente y cuenta con capital suficiente para compensar las pérdidas que pueda sufrir por los créditos concedidos a otras filiales del mismo "holding".