La Comisión Europea ha reclamado "algunas mejoras" en la arquitectura de supervisión financiera europea establecida a raíz de la crisis económica y financiera de 2008 en sendos informes en los que evalúa el funcionamiento de las tres Autoridades de Supervisión Europeas -Bancaria, Seguros y pensiones y Valores y mercados- y de la Junta Europea de Riesgo Sistémico (JERS), responsable de la supervisión macroprudencial del sistema financiero de la Unión Europea

En el caso de las Autoridades de Supervisión Europeas, pide mejoras a corto plazo para aumentar la convergencia supervisora para garantizar la aplicación consistente de la legislación europea, hacer más evaluaciones inter pares y un seguimiento más sistemático donde se hayan detectado eficiencias.

También plantea la necesidad de reforzar la transparencia en la preparación de estándares técnicos, dar una mayor prioridad a las tareas de protección del consumidor e inversor y reforzar la gobernanza interna.

A medio plazo, el Ejecutivo comunitario no descarta cambios legislativos, "sin perjuicio del acuerdo" sobre los arreglos de votación en la Autoridad Bancaria Europea alcanzados en el marco del paquete del Mecanismo de Supervisión Único, para mejorar la gobernanza de las Autoridades de Supervisión Europeas, reforzar la capacidad de la Junta de Supervisores y "tomar decisiones rápidas en el interés de la UE en su conjunto".

Además, plantea la posibilidad de reforzar la autoridad y papel del presidente para cambiar y composición y mandato de la Junta y para darle funciones más permanentes y de carácter ejecutivo.

También plantea la posibilidad de que las Autoridades de Supervisión Europeas asuman tareas en áreas "potenciales" como hacer cumplir los estándares internacionales de información financiera, la banca en la sombra o la supervisión directa de infraestructuras integradas como las Entidades de Contrapartida Central (CCPs) y el posible refuerzo de sus poderes de resolución de disputa.

Igualmente, el Ejecutivo comunitario defiende mejoras a medio plazo para financiar las autoridades de supervisión europeas, incluido con fuentes de financiación alternativas y de forma ideal, eliminando las contribuciones de la UE y nacionales y cambios estructurales como una sede única para las Autoridades de Supervisión Europeas.

El Ejecutivo comunitario admite con todo que se necesita "más claridad" sobre "elementos importantes de la arquitectura financiera en su conjunto que todavía no están establecidos" como "varios pilares de la Unión Bancaria" como es el caso de las autoridades macroprudenciales nacionales.