La organización agraria UPA-A arrojó ayer dos toneladas de papas a las puertas de un centro comercial en Granada capital en protesta por la bajada de los precios en origen al que está sometiendo la gran distribución a los agricultores y ganaderos aprovechando el veto ruso a los productos agrícolas.

La protesta fue encabezada por el secretario general de UPA-A, Agustín Rodríguez, quien advirtió de que este "estrangulamiento" de los precios para los productores tampoco está beneficiando al consumidor, que no está pagando menos.

En este sentido recordó que hace un año el Gobierno aprobó la Ley de la Cadena Alimentaria y ha exigido al Ministerio y a las comunidades autónomas que se pongan a trabajar en torno a esta normativa de márgenes comerciales para "erradicar definitivamente los abusos de la distribución".

Tras lamentar que sea la distribución la que determine el precio que reciben los productores, defendió que la industria agroalimentaria se ha convertido en uno de los motores más importantes de este país. Asimismo, consideró que las medidas de Bruselas para compensar el veto ruso no son suficientes, manteniendo que una dotación de 125 millones de euros para paliar esta situación para toda la Unión Europea es una cantidad "irrisoria", sobre todo ante el alto nivel de exportaciones de Europa a Rusia.

"Tenemos que recordar que el veto ruso es para un año y afecta al presente y al futuro. Por eso, podemos perder un mercado muy importante, conseguido después de un trabajo de años que difícilmente se puede recuperar a corto plazo", añadió.

Por su parte, el secretario general de UPA-Granada, Nicolás Chica, trasladó "la preocupación" del sector en la costa de Almería, de Murcia y de toda España, dado que se está en el ecuador de la recolección del tomate y de la papa en una zona agrícola importante que está padeciendo los efectos más inmediatos del veto ruso.