El ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, ha señalado que el conocido como ''turismo de borrachera'' "no es representativo" de la oferta turística en España, pero ha admitido que sí contribuye a deteriorar su imagen.

En declaraciones a la COPE, recogidas por Europa Press, el responsable de Turismo ha admitido que actuaciones como las que se están produciendo en Magaluf, el municipio turístico de Calvià, en Mallorca, o en la Barceloneta, en Barcelona, "contribuyen a deteriorar la marca España".

Preguntado por la solución para atajar este modelo, que no corresponde a un turismo de calidad, Soria indicó que son los servicios públicos, como los Ayuntamientos, a través de la Policía, los que deben hacer cumplir la ley ante unos "espectáculos que no siempre están permitidos".

"Al final se da una mala imagen de lo que es no solo el municipio, sino la comunidad y de España en su conjunto", lamentó.