La economía española creció entre julio y septiembre el 0,5 %, con lo que completa un ciclo de cinco trimestres consecutivos al alza, aunque el avance del tercer trimestre es una décima inferior al del precedente, según las estimaciones publicadas hoy por el Banco de España.

En su último boletín económico, la entidad señala que la economía española prolongó la pauta de recuperación que se empezó a perfilar a lo largo del año pasado, apoyada en la progresiva normalización de las condiciones de financiación, el mantenimiento de niveles de confianza "relativamente robustos" -pese al entorno exterior- y la favorable evolución del mercado laboral.

El Banco de España advierte de que la estimación del PIB del tercer trimestre tiene un carácter más preliminar de lo habitual por las diferencias estadísticas que puedan surgir a raíz de los cambios en la metodología y en la base de la Contabilidad Nacional tras incluirse el narcotráfico y la prostitución, entre otros.

En comparación interanual, el PIB aumentó un 1,6 %.

El avance trimestral del 0,5 % es resultado de los 0,6 puntos aportados por la demanda nacional, mientras que la demanda exterior restó una décima al crecimiento.

El mercado laboral mantuvo el tono de mejoría que se viene observando desde finales de 2013, aunque a un ritmo ligeramente inferior al del trimestre anterior, con un crecimiento del empleo del 0,4 % trimestral y el 1,2 % interanual.

El mejor comportamiento del empleo a lo largo del último año obedece, según la entidad, al mantenimiento de las pautas de moderación salarial.

Al respecto, señala que de cara al futuro el entorno de baja inflación en la zona del euro complicará el logro de ganancias adicionales de competitividad, por lo que "resulta fundamental asegurar la vinculación de los costes laborales con la situación específica de las empresas y profundizar en las reformas estructurales".

A pesar de la mejora de los condicionantes financieros y del mantenimiento de niveles altos de confianza, el ritmo de avance del gasto privado se redujo levemente, con un incremento del consumo de los hogares del 0,5 %, inferior al del trimestre anterior, y una inversión empresarial en desaceleración por la ralentización de la compra de bienes de equipo.

No obstante, la entidad destaca que el consumo de las familias se mantiene dentro de una trayectoria favorable, gracias a la mejora del entorno laboral y a la fortaleza del gasto en bienes duraderos, en paralelo al avance moderado de la renta disponible y de la revalorización de la riqueza financiera de los hogares.

Por su parte, la inversión residencial dio señales de estabilización tras siete años de ajuste.

La actuación de las administraciones públicas en el tercer trimestre, mostró una continuación de la senda de contención del gasto público y de la recuperación de la mayoría de figuras impositivas, ligada a la evolución de sus bases, en particular de la demanda interna y el empleo.

Sin embargo, el Banco de España advierte de que la incertidumbre que rodea las estimaciones de los ingresos y su respuesta al ciclo económico, en particular en un contexto de cambios impositivos, exige una atenta vigilancia que permita reaccionar ante posibles desviaciones en la ejecución presupuestaria.

En opinión del Banco de España, la evolución reciente de la economía es consistente con las previsiones de crecimiento estimado del PIB del 1,3 % para 2014 y del 2 % para 2015, si bien los riesgos de desviación a la baja "se han acentuado en los últimos meses, debido al empeoramiento de las perspectivas de la economía internacional, en particular de la zona del euro".

La entidad prevé tasas de inflación muy reducidas a lo largo del horizonte de proyección, con promedios del 0,1 % y del 0,7 % en 2014 y 2015, respectivamente, "como reflejo del grado de holgura que todavía presentará la economía española" y de una evolución moderada de costes y márgenes.