La economía española encadena ya cinco trimestres consecutivos de crecimiento después de que entre julio y septiembre haya avanzado el 0,5 % gracias a la contribución positiva de la demanda nacional (consumo e inversión), si bien el alza es una décima inferior a la registrada en el segundo trimestre.

Es la estimación avanzada ayer por el Banco de España, que explica la continuación del escenario de recuperación en la progresiva normalización de las condiciones de financiación, el mantenimiento de niveles de confianza "relativamente robustos" y la favorable evolución del mercado laboral.

La entidad achaca la décima menos de crecimiento respecto al trimestre precedente al empeoramiento de las perspectivas de la economía internacional, en particular de la zona del euro, lo que habría provocado una ligera ralentización de la demanda interna.

A pesar de ello, es la demanda nacional la que ha aportado 0,6 puntos de crecimiento al PIB del tercer trimestre, frente a la décima que ha restado la demanda exterior.

El consumo de los hogares creció el 0,5%, dos décimas menos que en el trimestre anterior, en tanto que la inversión empresarial se desaceleró por la menor subida de la compra de bienes de equipo, que se redujo del 2 al 0,5%.

No obstante, la entidad destaca que el consumo de las familias se mantiene en positivo por la mejora del entorno laboral y la fortaleza del gasto en bienes duraderos, así como por el avance moderado de la renta disponible y de la revalorización de la riqueza financiera de los hogares.

La inversión en construcción podría haber crecido en torno a un punto porcentual, un repunte que se espera que se prolongue.