Las entidades financieras que operan en España mantuvieron inalterados en el cuarto trimestre de 2014 los criterios que aplican a la hora de aprobar los préstamos a los hogares para consumo y otros fines, sin dejarse ablandar por la mejora económica ni por la creciente competencia en el sector.

Esta es una de las principales conclusiones de la Encuesta de Prestamos Bancarios, incluida en el Boletín Económico de enero que hoy ha publicado el Banco de España.

En la zona del euro, los criterios se relajaron algo nuevamente, debido, principalmente, al aumento de la competencia de otras entidades.

En cuanto a las condiciones de los nuevos créditos, los márgenes aplicados tanto a los préstamos ordinarios como a las operaciones de mayor riesgo siguieron disminuyendo en ambas áreas, aunque con mayor intensidad en nuestro país, mientras que el plazo de vencimiento se habría reducido ligeramente, explica el Boletín.

La demanda de este tipo de financiación continuó creciendo tanto en España como en el área del euro, aunque en menor medida, una evolución que fue consecuencia del incremento del gasto en bienes duraderos y de la mejora de la confianza de los consumidores.

Asimismo, las entidades españolas declararon que, durante el segundo semestre de 2014, las medidas regulatorias y supervisoras de capital (en vigor o en vías de implementación) no influyeron en el volumen de su activo total, mientras que las de la UEM señalaron que lo redujeron ligeramente.

Estas actuaciones no habrían afectado en ninguna de las dos áreas al nivel de los activos líquidos, pero habrían llevado a una cierta disminución de los activos ponderados por riesgo -con pequeñas contracciones de los asociados a los préstamos ordinarios en España y a los de mayor riesgo en la UEM, donde, en cambio, el efecto sobre los vinculados a los créditos ordinarios habría sido ligeramente expansivo.

Las entidades de ambas áreas respondieron que estas medidas les llevaron a incrementar sus niveles de capital, mediante beneficios no distribuidos (dividendos)y, en la UEM, también a través de la emisión de acciones.

Por otro lado, todas las entidades encuestadas en nuestro país señalaron que habían participado en la subasta de liquidez del BCE (TLTRO) de diciembre de 2014, mientras que el porcentaje fue del 56 % en la zona del euro.

Sin embargo, más de la mitad de las entidades tanto en España como en la UEM, aún no saben si participarán en las subastas adicionales de 2015 y 2016.

Para la mayoría de las entidades, el motivo principal para acudir a estas subastas es la rentabilidad, seguido de reducir o prevenir dificultades de financiación en el caso de las españolas y de la mejora de la situación de liquidez en las de las UEM.

Tanto en la TLTRO de diciembre de 2014 como en las adicionales de 2015 y 2016, el destino de los fondos obtenidos sería principalmente la concesión de préstamos a sociedades no financieras y a hogares para consumo y otros fines, sustituir otras operaciones de liquidez del Eurosistema y, en menor medida, a dar créditos a familias para adquisición de vivienda, así como a reemplazar deuda de próximo vencimiento.

En cuanto a las repercusiones de las diferentes subastas del BCE, las entidades encuestadas creen que mejorarán su situación financiera en términos de rentabilidad, condiciones de financiación y liquidez y que, elevarían su nivel de capital mediante beneficios no distribuidos.

Una pequeña proporción de las de la UEM opinaba que también reducirían su necesidad de desapalancamiento, factor que no fue indicado por ninguna entidad española.

Y un porcentaje destacado de ambos grupos también señaló que contribuirían a relajar las condiciones de los préstamos, especialmente los concedidos a empresas y a hogares para consumo y otros fines, aunque ese optimismo no se extendió a los criterios de aprobación, que pocos creen que se vayan a suavizar gracias a esas subastas.

De cara al trimestre en curso, las entidades españolas esperaban que los criterios de aprobación de nuevos préstamos fueran algo menos restrictivos en los créditos a hogares para consumo y otros fines y que no variaran en el resto de segmentos, y las de la UEM preveían que siguieran relajándose ligeramente en todos ellos.

Por otra parte, las entidades encuestadas en ambas zonas preveían, para la primera mitad de 2015, un aumento de su activo total, de los activos ponderados por riesgo, de los líquidos y de su capital como consecuencia de las medidas regulatorias y supervisoras.

Esto tendría una ligera influencia positiva en las condiciones de financiación de las entidades de la zona del euro, mientras que no tendrían impacto alguno en el caso de las españolas, dice el Boletín.