El Banco de Japón (BoJ) reconoció hoy al término de su reunión mensual de dos días que los países emergentes han ralentizado su crecimiento, lo que golpea negativamente a las manufacturas y exportaciones de la tercera economía mundial.

"La economía nipona continúa recuperándose moderadamente, pese a que la producción y las exportaciones -que se mantienen planas- se están viendo afectadas por la ralentización de las economías emergentes", explica el texto publicado al término del encuentro.

Dicha ralentización afecta especialmente en lo referente a China, mayor socio comercial de Japón y principal actor regional cuyos indicadores macroeconómicos preocupan a los analistas globales desde mediados de este año.

No obstante el BoJ considera que las economías avanzadas "continúan creciendo a un ritmo moderado pese al frenazo de los emergentes".

La entidad mantuvo además intacto su programa de compra masiva de activos activado en la primavera de 2013 con la intención de lograr una inflación del 2 por ciento en torno a este año para acabar así con dos décadas de deflación.

De este modo, seguirá ampliando la base monetaria en unos 80 billones de yenes (588.785 millones de euros/666.841 millones de dólares) al año.

No obstante, el banco central nipón aseguró que la subida de precios en el país asiático se encuentra actualmente "en torno al 0 por ciento" debido a la coyuntura provocada por la caída del crudo, aunque afirma que "en el largo plazo" la tendencia inflacionista se mantiene al alza.

El documento del BoJ también indicó que la inversión de capital de las empresas continúa "incrementándose de manera destacada" gracias a los buenos rendimientos corporativos.

En cuanto al consumo privado, principal componente del PIB japonés, la entidad dice que "se ha mostrado resistente" y que la inversión inmobiliaria "se ha estado recuperando".

El BoJ volvió a subrayar también que la inversión pública ha entrado en una tendencia de retroceso moderado, aunque todavía se mantiene en un nivel muy alto.

El incremento de la inversión pública es uno de los tres pilares del llamado "Abenomics", el programa de reforma económica del primer ministro Shinzo Abe, que también aboga por la agresiva política monetaria del BoJ y un paquete de reformas estructurales.