El turismo y el transporte aéreo se han comprometido, con motivo de la vigésimo primera asamblea general de la Organización Mundial del Turismo (OMT), a trabajar codo con codo para aprovechar al máximo su potencial de crear empleo, impulsar el crecimiento inclusivo y fomentar el desarrollo sostenible.

Su compromiso ha sido plasmado en la "Declaración de Medellín" sobre turismo y transporte aéreo al servicio de desarrollo, que han firmado la OMT y la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) en un foro de alto nivel celebrado en el marco de la asamblea, que se prolongará hasta el próximo día 17 en esta ciudad colombiana.

Según las previsiones de la OMT, el número total de turistas internacionales podría llegar en 2030 a los 1.800 millones, mientras que las 33 millones de salidas de aviones que se producen actualmente en el mundo, de acuerdo con la OACI, prácticamente se duplicarían en el mismo período, llegando a 60 millones.

La secretaria general de la OACI, Fang Liu, ha recordado además que el sector del transporte aéreo genera 58 millones de puestos de trabajo en el mundo y 2,4 billones de dólares de ingresos.

Su homólogo de la OMT, Taleb Rifai, ha subrayado que la conectividad que aporta el transporte aéreo ocupa un lugar central en el desarrollo turístico y proporciona sustanciales beneficios económicos a todos los que participan en la cadena de valor del turismo.

Pero para poder aprovechar todo su potencial, el turismo y la aviación afrontan importantes retos, relacionados con la convergencia de las políticas, la liberalización, la conectividad, la competitividad y la facilitación de los viajes.

La Declaración de Medellín recomienda a los gobiernos, entre otras cuestiones, evitar regulaciones y cargas innecesarias en la aplicación de sus políticas y tomar medidas especiales, para optimizar la conectividad.

También aboga por una liberalización gradual y equilibrada de los servicios aéreos, con la que las conexiones regionales y mundiales se expandirían y crecería la conectividad.

En el debate previo a la aprobación de la "Declaración de Medellín", las delegaciones de varios países, así como el Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC), en representación del sector privado, han defendido precisamente la liberalización y el acuerdo de cielos abiertos.

El presidente y consejero delegado del WTTC, David Scowsill, ha denunciado que la aviación es una de las industrias más protegidas del mundo, lo que "puede asfixiar su crecimientos económico".

A su juicio, la clave para lograr todo el potencial que ofrece el turismo está en la liberalización del transporte aéreo, opinión que comparte la ministra de Comercio, Industria y Turismo de Colombia, Cecilia Álvarez-Correa.

La ministra ha señalado que no se puede seguir con el proteccionismo y hay que analizar con seriedad los acuerdos de la quinta libertad (el derecho otorgado por un estado a otros de embarcar o desembarcar en su territorio tráfico procedente o destinado a un tercer estado), para hacer mucho más productiva esta industria.

También la delegación de Portugal ha vinculado el aumento del turismo que se ha producido en su país principalmente con la liberalización de la aviación.

Azores puede ser un ejemplo de ello, ya que desde que se permitió que operasen más compañías, en menos de un año el tráfico creció un 26 % y las pernoctaciones hoteleras, un 23 %.

Chile, por su parte, ha criticado que se invierta miles de millones en promoción turística, para que luego haya "tantas restricciones por parte del transporte aéreo".

En su opinión, se necesita una liberalización global y, si no se hace, la aviación nunca logrará aprovechar su potencial.

Chile ya tiene una política de cielos abiertos al 100 %, por lo que todas las aerolíneas pueden volar en su territorio, ha agregado su representante.

El Salvador ha trasladado la preocupación de los países centroamericanos por los precios de los pasajes que son "realmente altos y no se pueden pagar. Esto no puede ser posible, pero nadie hace nada", se ha lamentado su portavoz.