La agencia de calificación crediticia Fitch da por descontado que en un entorno competitivo y de bajos tipos de interés habrá nuevas fusiones bancarias en España y considera que estas operaciones se darán a finales de 2016.

En un informe publicado hoy, los expertos de Fitch piensan que las entidades medianas podrán aguantar la presión a corto plazo, aunque, al final, lo más probable es que sean absorbidas por los grandes bancos españoles, más que por competidores extranjeros.

La agencia sostiene que durante buena parte de 2016 las entidades medianas -Unicaja, Ibercaja, Kutxabank, Abanca, BMN y Liberbank- centrarán sus esfuerzos en fortalecer su viabilidad de forma independiente, por ejemplo, con la venta de activos problemáticos, el ahorro de costes o las emisiones.

Estos seis bancos, todos ellos fruto de las fusiones de antiguas cajas, representan alrededor del 12 % de los activos del sistema bancario español y tienen fuertes cuotas de mercado en tres o cuatro regiones, aunque cuentan con un modelo de negocio débil.

Fitch recuerda que están muy expuestos a las hipotecas de particulares, por lo que sus ingresos podrían verse fuertemente afectados por la eliminación de las cláusulas suelo, más aún si es con carácter retroactivo y al negocio de las pymes.

Al mismo tiempo, sus niveles de capital siguen siendo vulnerables a los grandes activos problemáticos que, junto con los requisitos regulatorios de capital más altos, mantendrán la rentabilidad de los bancos bajo presión y, finalmente, podría actuar como "catalizador" para que se den nuevas fusiones.

La mejora de la economía española les ayudará a llevar mejor la situación, pero Fitch insiste en que sólo en el corto plazo, pues vaticina que se mantendrá la presión sobre la rentabilidad de estas entidades medianas.

Aún así matiza que hay diferencias entre bancos y que los más capitalizados, con un negocio más diversificado y con menos activos problemáticos son más fuertes y, por tanto, menos propensos a verse embarcados en cualquier proceso de fusión.

En el caso concreto de Unicaja, Ibercaja y Kutxabank, Fitch recuerda que las tres entidades son propiedad mayoritaria de fundaciones bancarias que, a raíz de la ley recientemente aprobada, deben mantener un fondo de reserva.

Esto plantea un incentivo para que los accionistas vendan sus participaciones mayoritarias y den entrada a nuevos socios, aunque al mismo tiempo Fitch reconoce que Kutxabank es uno de los bancos mejor capitalizados, al igual que Abanca.

Recuerda además que el Estado, a través del FROB, está obligado a desprenderse como tarde en 2018 de su participación del 65 % en BMN, que podría intentar antes salir a bolsa.

Y no será la única entidad que lo intente, puesto que Unicaja e Ibercaja ya han anunciado planes para colocar sus acciones en bolsa en los próximos dos años, añade Fitch.

Ante este panorama, la agencia llega a la conclusión de que las entidades medianas se verán abocadas a ser compradas por los grandes bancos españoles porque, aunque no es una prioridad, podrían ver complementado su negocio en algunas zonas.