En los últimos años se ha podido ver un cambio de tendencia en el sector inmobiliario que ha provocado que lo que hace un par de décadas era impensable - el alquiler de vivienda- se convierta ahora en la opción más rentable. Cada vez más personas se agarran a esta modalidad, causando un descenso de la compra de viviendas a la vez que sube la demanda de alquiler de pisos.

Además de otros factores como la distinta mentalidad respecto a la vida o la actual movilidad y flexibilidad laboral, el principal motivo de este cambio de tendencia es el tema económico, sobre todo a raíz de la crisis económica que tan fuerte golpeó en España y de la que aún nos estamos recuperando.

A día de hoy, el precio medio de la vivienda en España está a 7,02 el metro cuadrado, según un informe trimestral elaborado por Fotocasa el pasado mes de noviembre.

Si desgranamos sus datos, vemos que las grandes capitales encabezan la lista con los precios más caros. Barcelona, por ejemplo, tiene un precio medio de 10,74€/m2. Madrid no llega por poco y se queda en 9,71€ el metro cuadrado.

Si nos alejamos de los más caros, encontramos que el alquiler de pisos en Santa Cruz de Tenerife, Valencia o Zaragoza oscila entre los 5,45 y 6,55€/m2, por debajo de la media española. Al final de esta lista aparecen Ávila y Teruel con un precio medio de 4,37 y 4,17€/m2, respectivamente.

Y es que son varios las razones por las cuales cada vez más gente decide alquilar en vez de comprar. Aquello de "alquilar es tirar el dinero" se ha convertido en el negocio inmobiliario actual. Y las ventajas son muchas.

En primer lugar, puedes ahorrar varios gastos que supone la compra de una vivienda y que no deberás afrontar si vives de alquiler. Algunos de estos son la tasación, las notarías, los impuestos o los intereses de pedir un crédito. Por no sumar otros como el alta de los suministros de gas, agua o luz o la remodelación que necesita cualquier piso al cabo de unos años.

En segundo lugar, es más fácil negociar con el casero una rebaja del alquiler, que al fin y al cabo es un precio mensual similar al que pagarías por la hipoteca. Al banco, lógicamente, no puedes pedirle una rebaja.

Finalmente, la flexibilidad y "libertad" del alquiler. Comprando un piso te expones a pagar durante 40 años y estar hipotecado de por vida. El alquiler te permite cambiar de domicilio cuando lo desees y no dejar en herencia una hipoteca pendiente en caso de fallecer.

Así pues, aunque pueda parecer que el alquiler es cosa de pobres, lo cierto es que existen más probabilidades de que todo ese dinero que se destina a una hipoteca y que no revierte (comisiones, impuestos o intereses) pueda aprovecharse para otros fines como el ocio o mejorar tu calidad de vida.