Un acuerdo entre productores este domingo para congelar sus extracciones tendría escaso efecto en el nivel de oferta real de crudo, aunque enviaría una señal de cooperación al mercado que contribuiría a mantener la inercia al alza de los precios, según los analistas consultados por Efe.

A pesar de las dudas sobre la profundidad de las reformas que Rusia y algunos de los miembros más relevantes de la OPEP pueden sellar mañana en Doha, la percepción de que se están tomando medidas para acabar con el exceso de oferta ha impulsado en las últimas semanas los precios, estabilizados en torno a 40 dólares el barril, desde los 27 dólares que alcanzaron en febrero.

"Arabia Saudí necesita que se publiquen titulares positivos después de la reunión para mantener vivo ese proceso, aunque en términos reales, de equilibrio entre oferta y demanda, no va a cambiar nada", afirmó la analista Michal Meidan, de la firma británica Energy Aspects.

Los expertos coinciden en que un resultado que no satisfaga las expectativas creadas podría desencadenar una nueva caída de los precios, por lo que los países asistentes al encuentro en Catar engrasarán sus mecanismos diplomáticos para "no decepcionar" al mercado.

"El escenario más probable es que haya algún tipo de acuerdo informal para congelar la producción en el que todos estén involucrados, pero que no implique cuotas concretas a las que se deban adherir", sostuvo el analista de CMC Markets Jasper Lawler.

La negativa de Irán a suspender la escalada en su producción tras el fin de las sanciones internacionales parecía un obstáculo insalvable hace apenas unas semanas, pero Arabia Saudí ha dado señales en los últimos días de estar dispuesta a hacer concesiones y permitir que Teherán quede exenta del pacto general.

Los analistas ven poco probable un acuerdo que recorte el bombeo más allá de los niveles de enero, que en todo caso estaban situados en niveles históricamente elevados.

Mantener la presión sobre el nivel de producción ha sido hasta ahora la estrategia de Arabia Saudí y sus socios, que esperan que la oferta y la demanda comiencen a equilibrarse en la segunda mitad de 2016 gracias al desplome en las extracciones en Suramérica, Asia y Estados Unidos.

"Esperamos que los precios repunten en el cuarto trimestre del año debido a los recortes en países externos a la OPEP. No se trata de recortes voluntarios, sino el efecto de los bajos precios en la producción, que en muchos países se ha vuelto insostenible", señaló Meidan, para quien el petróleo podría recuperarse hasta los 60 dólares el barril en cuestión de meses.

Con todo, la guerra de precios que comenzó hace más de año y medio, con el barril a casi 115 dólares, está lejos de terminar, según los expertos, entre otros motivos porque el efecto sobre las compañías que explotan el esquisto en Estados Unidos no ha sido tan devastador como esperaba Riad.

"La producción de esquisto ha demostrado ser más resistente de lo que la mayoría de la gente pensaba y no ha caído de forma dramática, como en otros lugares. Eso no es exactamente lo que buscaban los saudíes", afirmó la analista.

Cerca de medio centenar de compañías dedicadas al esquisto se han declarado en bancarrota en los últimos tiempos en Estados Unidos, pero los bajos tipos de interés que mantiene la Reserva Federal, sumados a los recortes de costes y las ganancias en eficiencia, han mantenido con vida a otras muchas.

Si los precios del petróleo comienzan a recuperarse en la segunda mitad del año, las extracciones de esas compañías volverían a ser rentables, por lo que sus instalaciones, detenidas durante meses, volverían a ponerse en marcha.

Ese escenario frenaría potencialmente la recuperación que han pronosticado diversos actores, entre ellos, la Agencia Internacional de la Energía (AIE), e introduciría en el mercado una fase de "oscilaciones", según Lawler.

"El escenario podría ser muy distinto a final de año. Ahora la producción ha caído, pero en la segunda mitad de 2016 podríamos ver la producción expandiéndose de nuevo como resultado de la subida de los precios", afirmó el analista.