Rusia puede perder cerca de 1.000 millones de dólares anuales a partir del próximo mes de septiembre, cuando entren en vigor las nuevas reglas para importar pescado a Estados Unidos aprobadas para luchar contra la pesca furtiva, denunció hoy la Agencia de Pesca rusa.

La administración del presidente de EEUU Barack Obama endureció en 2014 las medidas de control sobre el pescado importado para evitar que las capturas ilegales lleguen a las mesas de los estadounidenses.

"Cada importador debe ahora presentar una ingente cantidad de información, desde el momento de la captura hasta la entrada en EEUU. Y si falta algún papel, pueden prohibir la entrada. Es una barrera" que viola las reglas de la Organización Internacional del Comercio, advirtió en declaraciones a RIA Nóvosti el representante de la agencia rusa, Oleg Ríkov.

El Gobierno de Estados Unidos "no tiene ninguna prueba de que Rusia se dedica a la pesca ilegal", aseguró Ríkov, que recalcó que las medidas fueron adoptadas "bajo presión de las ONG" medioambientales "y en base únicamente a sus datos".

"Se cree que cada año la pesca ilegal alcanza entre 10.000 y 20.000 millones de dólares. A la pesca furtiva se dedican sobre todo los países en desarrollo de África y el sureste asiático. En las grandes potencias de pescadoras como Rusia, Noruega o EEUU, está todo regulado, existen férreos controles", subrayó el funcionario ruso.

EEUU, según Rikov, importa el 93 por ciento de todo el pescado y mariscos que se venden en su mercado interior, toda vez que las empresas estadounidenses prefieren vender sus propias capturas a los países asiáticos a precios más altos.

"Han entendido que se trata de una cuestión de seguridad nacional, de seguridad alimentaria, y han decidido hacer algo al respecto", apuntó.

La Agencia de Pesca rusa teme "un colapso en el mercado mundial de pescados y mariscos a partir de septiembre", ya que las medidas afectarán a otras grandes potencias en la pesca como Noruega y China.