Por Candelaria Carrera (OTR/PRESS)

El abogado general del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) de Luxemburgo, ha informado en contra de que los bancos españoles devuelvan una nueva oleada de miles de millones de euros a los clientes a los que cobraron indebidamente esas cantidades en concepto de cláusulas suelo.

Hay que recordar que el Supremo español ya las anuló, si bien señaló que los consumidores solo podrían recuperar su dinero desde la fecha de su fallo en adelante, es decir, desde 2013.

El informe del abogado general, Paolo Mengozzi, despertaba gran interés porque debía optar por exigir la devolución de las cantidades desde que los contratos se firmaron, con independencia de su fecha, o si por el contrario correspondía aceptar el fallo del Supremo con la imposición de ese límite temporal.

Como decimos, había mucho dinero en juego. Y la banca ha ganado la primera ronda, que podría ser la definitiva.

Es cierto que el informe del abogado no es vinculante. La sentencia, que se conocerá en otoño, podría no coincidir con sus conclusiones, pero los expertos aseguran que lo normal es que sí lo haga. Resultaría muy excepcional que Luxemburgo no falle en el sentido adelantado hoy. Y, si además, atendemos a las razones que están detrás del texto del abogado general, entenderemos por qué es verdaderamente improbable que esto suceda.

¿Por qué?. ¿Qué hay detrás del informe de Mengozzi?. ¿Qué ha pasado para que su posición no sea la esperada?

Estamos hablando de decenas de miles de afectados, centenares de miles, en realidad. Y también, como apuntábamos, de miles de millones de euros que debería provisionar la banca (algunos medios han calculado que la cifra alcanzaría los 7.600 millones).

Por tanto, estamos hablando, para ir de una vez por todas al centro del asunto, de un nuevo balón de oxígeno a las entidades de crédito en perjuicio de los ciudadanos y las ciudadanas. En el ámbito internacional europeo han ocurrido dos eventos que pueden explicar este hecho: el Brexit y la crisis bancaria italiana. No es necesario recordar el desastre que ha supuesto para la Unión la salida del Reino Unido, pero quizá sea oportuno destacar que solo hace unos días la confianza en la banca italiana cayó brutalmente debido a sus créditos morosos.

Es decir, a la duda sobre la solidez del proyecto político europeo suscitada por el Brexit se ha asociado en los últimos días la crisis de las entidades transalpinas, ya que la banca del país mediterráneo podría necesitar una ayuda similar a la que recibió la española. El problema es que hoy existen serias dudas sobre la disposición de Europa a ayudar a Italia ante el resurgir de la incredulidad sobre la estabilidad de la unión en el continente.

En cualquier caso y ante cualquier escenario posible, los poderes fácticos han decidido, en lo que atañe a los afectados y afectadas por las cláusulas suelo, que no es momento para abrir nuevos agujeros en el panorama financiero.

La conclusión definitiva arroja un diagnóstico muy negativo en términos de igualdad, protección social y cobertura de los más frágiles: si la crisis de las cajas españolas fue sufragada por todos los españoles y las españolas a través del endeudamiento del erario público con la UE (y los consiguientes recortes para pagar esa deuda), ahora cabe decir que los paganos han sido los perjudicados por las cláusulas suelo.

Candelaria Carrera, abogada de la firma OpenLaw