El Gobierno socialista luso y sus socios de izquierda han creado un nuevo impuesto sobre el patrimonio que busca tasar las grandes fortunas inmobiliarias y que ha generado las críticas del sector, que cree que va a tener un efecto negativo sobre el mercado inmobiliario.

La medida ha estado envuelta en polémica desde que la diputada marxista Mariana Mortágua, del Bloque de Izquierda -socio de los socialistas en el Parlamento- anunció que estudiaban crear un tributo adicional al IMI (el IBI portugués) que repercutiese en los propietarios con un patrimonio inmobiliario elevado.

Desde entonces, la medida ha ido mutando y el impuesto plasmado en el primer borrador de los Presupuestos el pasado 14 de octubre tiene poco que ver con la versión final aprobada esta semana.

Si el documento inicial preveía aplicar una tasa única del 0,3 % a todas las fortunas inmobiliarias superiores a 600.000 euros, el modelo final es más progresivo a la par que exigente.

Los particulares con un patrimonio inmobiliario superior a 600.000 euros pagarán un 0,7 % y a los que superen el millón se les aplicará el 1 %, mientras que para las empresas existe una tasa única del 0,4 %.

Con esta medida, impulsada por los socialistas y sus socios de izquierda, se pretende conseguir una legislación "más justa" que la actual, que tasaba el valor de cada edificio de forma individual en lugar del patrimonio total, tal y como explicó en declaraciones el diputado socialista João Galamba.

"Antes se pagaba por cada inmueble, mientras que ahora se hace por la totalidad de ellos, es decir, ahora se tiene en cuenta el valor patrimonial tributario", relató.

De esta forma, "con la ley anterior una persona que tuviera 50 inmuebles de un valor inferior a 900.000 euros cada uno pagaba cero euros, mientras que alguien con un inmueble cuyo valor superara el millón de euros sí tenía que pagar".

La medida, que inicialmente dejaba fuera al turismo y a la industria y que finalmente tampoco se aplicará a los edificios dedicados al sector servicios o al comercio, no ha sido bien recibida por el sector inmobiliario.

"Es evidente que el precio del alquiler va a subir. El propietario va a hacer repercutir todos estos gastos en los alquileres, no tenemos ninguna duda", explicó el presidente de la Asociación Nacional de Propietarios lusa, António Frias Marques, que cree que la medida desincentiva también el ahorro.

Además, considera una "injusticia" que el comercio quede fuera del impuesto, pues el tributo afectaría en especial a las grandes superficies y no a los pequeños comercios.

"Las grandes superficies quedan a cubierto de todo esto. Al Gobierno no le importa que esos grandes comercios estén acumulando fortunas", lamentó Frias Marques, que piensa que el Ejecutivo está siguiendo el "camino" equivocado.

Desde la Asociación Lisboeta de Propietarios, su presidente, Luís Menezes Leitão, también cree que el nuevo impuesto va a perjudicar el mercado portugués y cuestiona la política que está siguiendo el gabinete de António Costa en lo que se refiere al inmobiliario.

"El actual Gobierno y los partidos que lo sustentan tienen una carga ideológica muy marcada, siendo profundamente hostiles a la propiedad privada. Por ese motivo, han lanzado cada vez más cargas sobre los inmuebles, y no les preocupan los elevados prejuicios que eso acarrea para el sector inmobiliario", aseguró a Efe.

Esta tasa a las grandes fortunas inmobiliarias no es la única novedad que el Gobierno socialista ha introducido en la política fiscal que tasa al sector inmobiliario desde que llegó al poder.

En los Presupuestos de 2016 ya introdujo una alteración para el cálculo del IMI que entró en vigor en agosto por la que las viviendas con mayor exposición solar, situadas en zonas sin contaminación acústica y próximas a accesos de carreteras de calidad, entre otros factores, pagarían una tasa mayor.

Por el contrario, un inmueble que dé a un cementerio o cercano a una planta de tratamiento de residuos vería disminuir la cantidad que paga de IMI.

La medida también generó polémica y, gracias a una propuesta de los comunistas aprobada en octubre, esa nueva forma de calcular el tributo sólo se aplicará a los inmuebles de más de 250.000 euros.

"Con tantos adicionales y con tasas de IMI tan elevadas, no compensa invertir en el inmobiliario en Portugal", concluyó Menezes Leitão.