El expresidente del Bundesbank Hans Tietmeyer murió a la edad de 85 años, informaron hoy fuentes del banco central alemán, que el fallecido dirigió entre 1993 y 1999, coincidiendo con la primera fase de la "era del euro".

A Tietmeyer se le conoció en sus tiempos al frente de la entidad como "el Señor del Marco", por identificársele con la estabilidad monetaria que representó la moneda alemana.

Fue el último presidente del Bundesbank aún plenamente soberano, en lo que a la política monetaria de su país se refiere, y también el primero que formó parte del Consejo del Banco Central Europeo (BCE), en la fase preparatoria para la implantación de la zona euro.

Nacido el 18 de agosto de 1931 en Metelen (Renania del Norte-Westfalia, en el oeste del país), su carrera como economista había empezado en los 60 en el ministerio de Economía, en la entonces capital federal, Bonn.

Veinte años más tarde pasó al ministerio de Finanzas y ahí siguió, hasta su traslado a Fráncfort, donde el Bundesbank tenía y sigue teniendo su sede.

Estuvo en el objetivo de la banda terrorista Fracción del Ejército Rojo (RAF), la organización de la izquierda radical anticapitalista que en 1988 tramó un atentado contra él, que falló.

Miembro de la Unión Cristianodemócrata (CDU), su mandato al frente del entonces banco emisor alemán coincidió con buena parte de la etapa en la Cancillería del entonces presidente del partido, Helmut Kohl -en el poder desde 1982 a 1998-.

Para muchos de sus compatriotas, el nombre de Tietmeier está asociado al de la solidez monetaria que representó, a su vez, el marco.

Paradójicamente, fue también el gobernador del banco central al que le correspondió, desde esa posición, articular el cambio hacia la moneda única y la implantación de la zona euro.

Desde esta posición, expresó sin contemplaciones la preocupación, compartida por muchos alemanes, acerca de los problemas que para la estabilidad de la moneda común compartiría la presencia en su seno de países muy endeudados, al tiempo que apremiaba a aplicar reformas sustanciales.

Criticó algunas decisiones de Kohl en el camino hacia el euro, del mismo modo como años atrás había calificado de error que la unificación monetaria entre las dos Alemanias -la occidental y la comunista, consumada en 1990- se hubiera hecho bajo la decisión política de la paridad 1:1 entre las dos monedas.

Ya retirado del Bundesbank, siguió incidiendo con sus opiniones en las sucesivas fases de la era euro y criticó cada una de las vulneraciones al rigor presupuestario.

Muchos alemanes extrañan aún su "mano firme", del mismo modo que algunos siguen echando de menos el marco alemán, especialmente cuando estalló la crisis financiera de 2008 o cuando alcanzó su momento más álgido en la zona euro en 2011.