La preocupación por el medio ambiente y la tendencia por la conservación del entorno ha llegado al mercado inmobiliario y de la construccion. Cada vez son más las empresas que abogan por dejar paso a la invocación y apostar por edificaciones más sostenibles cumpliendo objetivos de desarrollo. Para ello, promueven proyectos e iniciativas que respondan a cuestiones sociales actuales y a las expectativas de las futuras generaciones.

Ejemplo de ello es el proyecto llevado a cabo por la inmobiliaria internacional Vía Célere SLU. Este proyecto consiste en la promoción de obra nueva de l''Eixample de Barcelona , que con un diseño prometedor combina la calidad de los materiales con la versatilidad y funcionalidad de la vivienda, todo ello sin dejar de lado la sostenibilidad. De esta forma llegan a alcanzar calificaciones energéticas de tipo A, que supone el estándar más alto posible en ahorro.

Los clientes y sus demandas también cambian, y cada vez se muestran más informados e interesados por adquirir no sólo una vivienda con un diseño a su gusto, sino respetuosa con el ambiente y cuyo funcionamiento repercuta directamente el ahorro energético y contribuya a disminuir el impacto de las grandes construcciones, son clientes más responsables y exigentes con la inversión a largo plazo que supone la compra de una casa.

A este cambio paulatino pero sin pausa de los hábitos del consumidor, hay que sumarle el estallido de la burbuja inmobiliaria en 2007, estos dos factores han dado como resultado la desmoralización del mercado en este sector, que se ha puesto en marcha para alcanzar a los avances sociales.

Innovar realmente en el ámbito inmobiliario, supone como en muchos otros, buscar soluciones a nuevas exigencias. La ambición y el impulso de mejora de estas empresas tiene una repercusión directa sobre el bienestar de la sociedad, que a su vez , al desarrollarse y verse beneficiada de ello, muestra cada vez más preocupación por que los mecanismos sean eficientes y acordes con las nuevas ideas de respeto y colaboración con el medio ambiente, ambas partes se retroalimentan, incluso el mercado hace propuestas capaces modificar los hábitos de los consumidores con el tiempo, de esta forma mantenerse ajeno a los cambios sociales y no abrirse a la construcción de hogares más sostenibles, supone quedarse atrás.

El mercado de la construcción de edificios y zonas residenciales, es comúnmente conocido por sus tendencias tradicionales y por ser reacio a nuevas ideas, pero la transformación de las expectativas del consumidor le ha obligado a reinventarse en consonancia con las nuevas tecnologías. Entre los avances en innovaciones que serán más útiles en este mercado, uno de los más destacados es la impresión 3D, que poco a poco se va abriendo paso y va camino de convertirse en una de las más demandadas por las constructoras. Actualmente ya se ha puesto a prueba su capacidad de presentar maquetas antes de una edificación, pero también la impresión de ladrillos, muros o material aislante. Los expertos tampoco pierden de vista la realidad virtual, aunque su aplicación en otros ámbitos es una meta lejana, la empresa inmobiliaria ya incluye profesionales del videojuego, pudiendo realizar reproducciones arquitectónicas y hacer visitas sin desplazamientos.