Iberdrola, la segunda eléctrica europea por capitalización bursátil, elevó su beneficio neto un 11,7 % el año pasado, hasta 2.705 millones de euros, impulsada por la positiva evolución de su negocio en Estados Unidos, cuya contribución al resultado aumentó un 53 %.

Otros elementos positivos han sido la mejora operativa y del resultado financiero y las menores provisiones por el cierre de la central térmica de carbón de Logannet (Escocia), ha comunicado hoy la empresa a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

El beneficio neto recurrente aumentó un 12 % hasta alcanzar los 2.531,7 millones, mientras que el resultado bruto de explotación (ebitda) ascendió a 7.807,7 millones, un 5,5 % más que en 2015, aunque el incremento fue del 8,2 % si no se tiene en cuenta el efecto del tipo de cambio

Por el contrario, la cifra de negocio se redujo un 7 %, hasta 29.215,4 millones.

El negocio de Redes registró un ebitda de 4.081,7 millones, un 12,5 % más que en 2015, y una cifra de ventas de 8.806,7 millones, lo que supone un incremento del 11,4 %.

En el negocio de Generación y Clientes, el ebitda descendió un 3 %, hasta 2.253,3 millones, mientras que las ventas se redujeron un 13,4 %, hasta 18.723 millones.

En la actividad de energías renovables, el ebitda cayó un 8,9 %, hasta 1.500,2 millones, y la cifra de ventas lo hizo un 14 %, hasta 2.399,6 millones.

Iberdrola invirtió 4.264,3 millones el año pasado, un 32,3 % más que en 2015, de los que el 90 % se destinó a negocios regulados o con contratos a largo plazo.

La deuda financiera neta se situó al cierre del año pasado en 29.414 millones, 1.347 millones más que en diciembre de 2015, por la anticipación de inversiones en energías renovables, principalmente marina (offshore).

Por este motivo, el apalancamiento pasa del 40,7 % del cierre de 2015 al 42 % al término de 2016.