Santander afrontará unos costes de reestructuración por importe de 1.300 millones de euros en el marco de proceso de integración de Popular que se ha dado a conocer este miércoles.

No obstante, la entidad presidida por Ana Botín calcula que la operación generará un ahorro en los costes combinados de ambos bancos de unos 500 millones de euros antes de impuestos a partir de 2020, lo que supone un 10% sobre la base de costes combinada correspondiente a 2017 o un 33% sobre la de Popular.

De esos 500 millones de euros, unos 210 millones de euros corresponden a la integración de las plataformas tecnológicas, otros 160 millones de euros a gastos generales y 130 millones de euros a la red de distribución y otros ahorros.

La entidad considera que la operación generará un retorno sobre la inversión del 13% o el 14% en tres años, así como un incremento del beneficio por acción a partir de 2019.

La ratio de eficiencia de la entidad en España caerá unos diez puntos porcentuales, del 60% al 50%, según ha indicado el banco en una presentación para analistas enviada a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

La entidad provisionará adicionalmente 7.900 millones de euros para activos improductivos, de los que 7.200 millones de euros corresponderán a activos inmobiliarios, lo que elevará el nivel de cobertura del riesgo vinculado a la actividad inmobiliaria del 45% al 69%, por encima de la media del sector, que se encuentra en el 52%, de acuerdo con el banco.

Santander asume que la operación producirá un impacto negativo en sus ingresos por el solapamiento de clientes, su apetito de riesgo y el mayor nivel de mora tras los ajustes de provisiones, aunque señala que la sensibilidad a las subidas de tipos de interés podrían generarle un impacto positivo de 150 millones de euros, que se suman a unos 100 o 200 millones de euros que obtendría por sinergias de ingresos.

OPERACIÓN "POSITIVA", PERO CON RIESGOS

Desde Norbolsa consideran que la operación es "positiva" para Santander, puesto que le permite situarse nuevamente como líder del mercado tanto en España como Portugal, aunque han advertido de los importantes riesgos de ejecución que conlleva la absorción de Popular.

Por una parte, la compañía calcula que Santander elevará su exposición inmobiliaria hasta 23.000 millones de euros netos en activos dañados "tras años de reducción de la misma, admitiendo, además, la peor calidad de los mismos".

Asimismo, Norbolsa considera que la operación conllevará un riesgo derivado derivado de posibles litigios sobre Popular por parte de sus accionistas.