El Banco Central Europeo (BCE) informó hoy de que ha mantenido su tasa de interés rectora en el mínimo histórico del 0 % y sigue dispuesto a aumentar más las compras mensuales de deuda pública y privada en la zona del euro, que son ahora de 60.000 millones de euros, "si el panorama empeora".

El BCE también decidió dejar inalterada la tasa de interés de la facilidad marginal de crédito, a la que presta el dinero a un día, en el 0,25 %.

También ha mantenido la tasa de interés a los depósitos de los bancos a un día en el -0,40 %, por lo que les seguirá cobrando por el exceso de reservas.

La mayor parte de los analistas y los mercados preveían que el BCE mostraría hoy que ya no está dispuesto a incrementar las compras de bonos, pero la entidad todavía no ha dado ese paso.

El BCE va a adquirir hasta finales de diciembre deuda por valor de 60.000 millones de euros mensuales.

El comunicado sigue mostrando la disposición del BCE de ampliar el volumen y/o la duración de ese programa de compra de deuda.

"Si las perspectivas fueran menos favorables, o si las condiciones financieras fueran incompatibles con el progreso del ajuste sostenido de la senda de inflación, el Consejo de Gobierno prevé ampliar el volumen y/o la duración de este programa", dijo hoy el BCE.

Con las compras de deuda pública y privada de la zona del euro, el BCE quiere impulsar la concesión de crédito a la economía real, a las empresas y los hogares de la región.

De este modo contribuye al crecimiento, a que suba la inflación, aunque esto se demora, y a devaluar el euro.

El presidente del BCE, Mario Draghi, dará detalles de las deliberaciones del consejo de gobierno en una rueda de prensa en la sede central de la entidad a partir de las 12.30 GMT.

Draghi mostró a finales de junio en la ciudad portuguesa de Sintra que el BCE va a reducir su expansión monetaria lentamente.

"Draghi probablemente querrá convencer a los mercados de que la retirada de estímulos, cuando se produzca, será gradual", consideran los analistas de UniCredit.

"Pensamos que hoy hará hincapié en que la función de reacción del BCE requiere paciencia y persistencia, porque la distribución de las expectativas de inflación todavía tiene que desplazarse una distancia justa hacia la derecha", añaden.

Su objetivo será prevenir a un empeoramiento de las condiciones financieras.

"En la zona del euro esperamos que el BCE reducirá las compras de activos el próximo año y que el programa terminará en junio de 2018", prevé el economista del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF) Peter Nagle.

El BCE ha sido el mayor comprador de bonos soberanos de la zona del euro en los últimos años, por lo que la pregunta es cuál será el impacto del final de las compras en la rentabilidad de esos bonos, añade Nagle.

Italia destaca entre los países de la zona del euro con las mayores necesidades de financiación bruta, en vista de los datos de emisión de deuda y vencimiento, según Nagle, que también considera que las necesidades de Portugal son grandes.

Como resultado, estos países son vulnerables si se produce una subida rápida de los rendimientos.

Nagle descarta que el final de las compras de activos en sí mismo vaya a causar un incremento de las tasas de interés que no sea manejable, pero llevará a los mercados a volver a valorar si la deuda de estos países es sostenible a medio plazo.