La segunda gran subasta que se celebra este año para asignar retribución a nuevas instalaciones de energía renovable tendrá lugar mañana y en ella se repartirán, como la vez anterior, 3.000 megavatios (MW) de potencia, a los que en esta ocasión sólo pueden optar proyectos eólicos y fotovoltaicos.

Esta es la tercera subasta que se celebra para la instalación de nueva potencia renovable después de la moratoria que se puso en marcha en 2012 y la posterior modificación del régimen retributivo a las renovables, que pasó de un sistema de primas a una retribución razonable a lo largo de la vida útil de las instalaciones.

El Gobierno ha convocado esta nueva subasta, que se celebra transcurridos sólo dos meses de la anterior, por la gran oferta que quedó sin cubrir en la anterior puja, en la que se presentaron ofertas por 9.000 MW -el triple de la capacidad que se adjudicaba-, de los que tres cuartas partes ofertaron descuentos máximos, con lo que, al igual que los que se asignaron potencia, no recibirían primas o incentivos a la inversión.

Las dos subastas celebradas hasta la fecha, la de mayo de este año, en la que se adjudicaron 3.000 MW, y la de enero de 2016, que repartió 700 MW, se han saldado sin primas a la inversión, con lo cual los adjudicatarios sólo recibirán la retribución del mercado y sólo se aseguran un suelo de precio, muy por debajo del actual en el mercado, en caso de que hubiera una caída por debajo del mismo.

La fotovoltaica, que no pudo acudir a la primera subasta, que era sólo para proyectos fotovoltaicos y de biomasa, y que sólo obtuvo un megavatio en la segunda, espera tener en esta tercera su oportunidad, ya que los excedentes de eólica son menores.

En la puja celebrada en mayo, la tecnología eólica consiguió asignarse 2.979 MW de los 3.000 MW que salían a subasta, frente al único que fue a parar a la fotovoltaica y los 20 MW que fueron a parara a otras tecnologías.

No obstante, la subasta de mañana mantiene los criterios para la asignación que rigieron en la de mayo y que son duramente contestados por los promotores fotovoltaicos, como el mayor número de horas de producción y el mayor tamaño de las instalaciones en caso de que haya un empate en el descuento ofrecido, lo que favorece a los proyectos eólicos.

El real decreto por el que se ha convocado la subasta de mañana contempla la posibilidad de incrementar el cupo de potencia por encima de los 3.000 MW para permitir la inclusión de todas aquellas ofertas que tengan el mismo sobrecoste que la última adjudicada, siempre que el sobrecoste para el sistema sea nulo e inferior al valor que está establecido en una cláusula que es confidencial.

El gran vencedor en las dos subastas que ha habido hasta la fecha ha sido la empresa aragonesa Forestalia, que en la última consiguió 1.200 MW y en la anterior más de la mitad de los 500 MW que se adjudicaban a proyectos eólicos.

También consiguieron adjudicarse nueva potencia en la celebrada en mayo de este año grandes compañías, como Gas Natural Fenosa, Endesa y Gamesa, a diferencia de lo que ocurrió en la primera, si bien otra gran empresa del sector como Iberdrola no se adjudicó nada.

Con la subasta de mañana, el Ministerio de Energía estima que el porcentaje de energías renovables en España se elevará al 19,5 %, cerca del 20 % marcado como objetivo para 2020, fecha antes de la cual deberán estar en funcionamiento los proyectos adjudicatarios de potencia.