La economía alemana se mantiene en la senda del crecimiento en el segundo trimestre del año, con una subida del producto interior bruto (PIB) del 0,6 % respecto a los tres primeros meses, según datos provisionales difundidos hoy por la Oficina Federal de Estadística (Destatis).

El crecimiento equivalió así al de la totalidad de la eurozona, según la estimación preliminar publicada a principios de mes por la oficina de estadística comunitaria, Eurostat.

En los tres primeros meses del año, la economía alemana creció un 0,7 %, por lo tanto con algo más de fuerza respecto al 0,6 % estimado inicialmente, señala el comunicado en base a cálculos revisados.

Los principales impulsos para la economía alemana llegaron del interior: tanto el consumo de los hogares -gracias a la baja tasa de desempleo en Alemania y a los bajos intereses que hacen poco atractivo el ahorro- como el gasto público aumentaron notablemente.

La confianza de los consumidores prácticamente no se ha visto afectada gracias a sus expectativas económicas y de ingresos, a pesar de que desde comienzos de año la inflación mínima es historia.

Las empresas, que por momentos se han mostrado reticentes a invertir ante la incertidumbre por el "brexit" y el futuro de Europa, volvieron a gastar más respecto al primer trimestre en equipos, en construcción y en otras instalaciones.

Por contra, el crecimiento se vio frenado por la evolución en el exterior, debido a que las importaciones en términos reales aumentaron, según cálculos provisionales, con bastante más fuerza que las exportaciones.

No obstante, en términos generales, las exportaciones -que en junio subieron un 0,7 % interanual hasta los 107,2 millones de euros- siguen superando a las importaciones, que con un crecimiento del 3,6 % alcanzaron los 84.900 millones de euros, según publicaba Destatis la semana pasada.

El superávit de la balanza comercial alemana alcanzaba así en ese mes los 22.300 millones de euros, lo que supone una bajada del 8,9 % respecto al mismo mes del año pasado.

Según Martin Hüfner, economista jefe del gestor de patrimonios Assenagon, "las cosas no podrían estar mejor", pero el país podría estar avanzando hacia un sobrecalentamiento de su economía, una "señal de advertencia" que hay que tener en cuenta, agregó.

De cara a la elecciones generales de Alemania el próximo 24 de septiembre, Hüfner aludió en declaraciones a la cadena n-tv a las tres prioridades en materia económica para la próxima legislatura: mejorar las infraestructuras, garantizar a largo plazo el desarrollo del sector digital y de internet e invertir en educación y formación.

En términos interanuales, la economía alemana creció en el segundo trimestre del año un 0,8 %, frente al 3,2 % en los tres primeros meses de 2017.

No obstante, los efectos estacionales y de calendario tuvieron un considerable impacto en los dos primeros trimestres de 2017, ya que entre enero y marzo hubo tres días laborables más que en el mismo periodo del año pasado, mientras que entre abril y junio, fueron tres menos.

Así, corregidos los efectos estacionales y de calendario, el PIB creció en el segundo trimestre un 2,1 %, frente al 2,0 % en los tres primeros meses del año.

Los cuatro principales centros de estudios de Alemania -el Instituto Alemán de Investigación Económica, el Ifo, el Instituto Leibniz de Investigación Economía en Halle y el Instituto de Investigación Económica de Renania-Westfalia pronosticaron en su informe conjunto de primavera, difundido el pasado abril, un crecimiento de la economía alemana de un 1,5 % para este año.

También las predicciones de primavera del Ministerio de Economía alemán apuntaban en abril pasado a un crecimiento de hasta el 1,5 %.

Las cifras definitivas del PIB para el segundo trimestre del año se darán a conocer el próximo día 25.