El Ibex conseguía mantener los 10.100 puntos (10.144,6) a media sesión tras experimentar una subida del 0,19% en torno a las 12.15 horas, impulsado por el buen comportamiento de la banca.

Los valores bancarios presentes en el selectivo remontaban este viernes tras los malos registros de los últimos días. Santander se ponía en cabeza con una subida del 1,98%, hasta los 5,38 euros por acción.

Por detrás, CaixaBank (,72%), Bankia (,33%), Bankinter (,22%), BBVA (,16%) y Sabadell (,17%) seguían el ritmo a la entidad presidida por Ana Botín. En terreno positivo también se encontraban compañías como IAG (,59%), ArcelorMittal (,44%) y Telefónica (,35%).

Por el contrario, lideraba las pérdidas Siemens Gamesa, con un desceso del 2,09% que le llevaba a situarse en los 12,61 euros por acción. También se teñían de rojo a media mañana Acciona (-1,74%), Enagás (-1,55%), Red Eléctrica (-1,08%), Meliá (-0,9%), Indra (-0,84%) y Mapfre (-0,84%).

En el Mercado Continuo, Liberbank moderaba su retroceso tras experimentar en la sesión del jueves caídas superiores al 20% que a cierre de mercado contuvo hasta el 12,37%. A media sesión del viernes, la entidad descendía un 3,88%, hasta los 0,817 euros por acción.

El selectivo español se desmarcaba de la tendencia negativa que seguían las principales plazas europeas. Las Bolsas de Londres y París se dejaban un 0,28% y un 0,29%, respectivamente, mientras que el parqué de Fráncfort se mantenía prácticamente plano (-0,06%).

En los mercados de deuda, la prima de riesgo española continuaba con su escalada por encima de los 100 puntos básicos. A mediodía se situaba en los 121,6 puntos básicos, con la rentabilidad del bono a diez años en el 1,433%.

Mientras, en los mercados de divisas, el euro seguía fortaleciéndose frente al dólar y se intercambiaba por 1,20683 dólares pasadas las 12.00 horas del viernes. Precisamente, el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, advirtió el jueves en la rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Gobierno de la institución que la fortaleza de la divisa podría obstaculizar la retirada gradual de estímulos en la economía.