Los ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea (UE) defendieron hoy que debe encontrarse una solución global para que las grandes empresas digitales paguen impuestos y mostraron reservas ante la propuesta impulsada por Francia para crear un impuesto sobre la facturación, que debaten este sábado.

"El objetivo es encontrar una solución de forma que en el consejo de ministros de Economía y Finanzas de diciembre tengamos una idea común que presentar como propuesta a la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) porque Estonia cree que la mejor solución es global", dijo el ministro estonio, Toomas Toniste, a su llegada a la reunión de ministros europeos que acoge su país.

Los titulares económicos de los Veintiocho debatirán hoy una propuesta impulsada por Francia con el apoyo de España, Alemania e Italia para introducir una tasa sobre la facturación de las grandes empresas digitales, como Google, Amazon, Facebook o Apple, cuya recaudación sirva para compensar las cantidades que estas compañías estarían dejando de pagar al fisco en impuesto de sociedades.

En este sentido, el ministro estonio, cuyo país ocupa la presidencia semestral de la UE, señaló que el modelo de negocio de las empresas digitales no se ajusta a las premisas del sistema tradicional de imposición, basado en gravar los beneficios de las empresas allí donde las empresas tienen presencia física, por lo que este "ya no se podrá aplicar".

Varios ministros expresaron, sin embargo, sus reservas sobre la adecuación del modelo propuesto por los cuatro grandes países del euro.

El ministro de Finanzas maltés, Edward Scicluna, dijo esperar que esta "no sea otra tasa a las transacciones financieras", en referencia al impuesto propuesto hace años que, sin encontrar consenso entre los Veintiocho, acabó reduciéndose a una cooperación entre diez países que a día de hoy sigue sin avanzar.

"Si va a cambiar todo el sistema de imposición uno tiene que mirarlo globalmente, no parcialmente, porque implica a Estados Unidos y a China", dijo Scicluna, quien insistió en que necesita conocerse cuál sería el impacto de este impuesto.

En la misma línea, el ministro luxemburgués de Finanzas, Pierre Gramegna, explicó que el hecho de que una empresa tenga una gran facturación no implica que tenga grandes beneficios, por lo que "tener una base diferente para la imposición es complicado".

"Cualquiera que sea el resultado de esta iniciativa, si es que se resuelven los temas técnicos, lo que tiene que hacer la UE es convencer al G20 (grupo de países desarrollados y emergentes) y a la OCDE para adoptar la misma solución".

El ministro de Finanzas belgas, Jan Van Overtveld, afirmó que la idea impulsada por Francia es "sólida" y que su país la apoyará, pero insistió en que "el diablo está en los detalles" y deben estudiarse cuidadosamente, especialmente el tipo que se aplicaría.

También llamó a la precaución su homólogo danés, Kristian Jenssen, quien aseguró ser "escéptico" sobre la propuesta y advirtió contra la idea de gravar los "productos" de la economía digital, ante el riesgo de que los ciudadanos acaben adquiriéndolos en China o Estados Unidos en lugar de en Europa.

Por su parte, el ministro de Finanzas holandés, Jeroen Dijsselbloem, aseguró que la idea es "muy buena" y, aunque la imposición digital es "más difícil", se mostró dispuesto a empezar a trabajar sobre la cuestión.