La secretaria de Estado de Economía, Irene Garrido, ha dicho hoy que la reducción de la previsión de crecimiento económico para 2018 se enmarca en un escenario de incertidumbre por el conflicto catalán, por lo que "sería mayor" si se diera la independencia, algo que no contempla el Gobierno.

Durante su intervención en el Foro Cinco Días, la secretaria de Estado ha dicho hoy que el plan presupuestario para 2018 remitido ayer por el Gobierno a Bruselas no contempla un impacto de esta incertidumbre en el corto plazo, ya que la previsión de crecimiento económico para este año incluso aumenta una décima, hasta el 3,1 %.

No obstante, la tensión en los mercados derivada del conflicto catalán supone un "riesgo geopolítico" que sí que impacta en el medio plazo, por lo que ha rebajado la previsión de crecimiento del 2,6 % al 2,3 %.

Garrido ha recordado que Cataluña "tiene una economía enormemente abierta, ha aprovechado el impulso de las exportaciones y ha sido la región más beneficiada de los fondos de liquidez del Estado".

Su evolución económica ha ido "a la par de la española", con crecimientos en 2016 del 3,4 % y del 3,3 %, respectivamente, ha apuntado.

No obstante, ha añadido, la situación social y la marcha de empresas son el reflejo de que la independencia de Cataluña de España "sería un suicidio económico", porque supondría salir fuera de los tratados comerciales de la UE o porque habría fronteras físicas, algo que "no tiene explicación".

Además, "tiene una repercusión financiera porque implicaría la salida del euro", lo que dejaría a las entidades financieras con domicilio en Cataluña sin acceso a la liquidez del Banco Central Europeo (BCE), ha recordado.

Garrido, ha apuntado además que el principal acreedor de Cataluña es el Gobierno y, el segundo, el Banco Europeo de Inversiones (BEI), y que la independencia supondría la pérdida de 4.600 millones de euros de los fondos estructurales para 2017-2020.

"En definitiva, la independencia supondría el empobrecimiento de población con destrucción de crédito, con tensiones presupuestarias porque habría menos ingresos tributarios, con procesos inflacionistas derivados de tener que financiar déficit emitiendo deuda y, en definitiva, un desastre de fuga de capitales por falta de confianza política y económica", ha dicho.

No obstante, esta situación "no va a tener lugar porque se están poniendo los medios necesarios", ha dicho Garrido, quien ha apelado al Gobierno de la Generalitat a que "tome conciencia y vuelva a la legalidad".

Para Garrido, esta crisis catalana también ha paralizado la elaboración de los Presupuestos Generales del Estado para 2018, aunque el Gobierno aún confía en sacarlos adelante "cuando la situación se normalice", por lo que ha apelado al consenso de todos los partidos para que "hagamos un esfuerzo".

En este sentido, ha indicado que la prórroga durante 2018 de los presupuestos de 2017 supondrá la congelación de los salarios públicos y una revalorización de las pensiones (del 0,25 %), lo que además crea incertidumbre en la economía española y catalana.

Pese a esta situación, Garrido ha reseñado que el crecimiento económico mantiene su alto dinamismo, según los datos del segundo trimestre, pese a que se esperaba una ralentización, y que este avance es cada vez más equilibrado en cuanto a las aportaciones de la demanda interna y externa.

Asimismo, refleja un cambio de patrón, con menor peso de la construcción y mayor de las exportaciones, respecto a 2008, ha dicho Garrido, quien ha asegurado que los principales retos a los que se enfrenta ahora la economía son el desempleo, el endeudamiento y el déficit público.