Ecologistas en Acción, Greenpeace, Amigos de la Tierra y UGT han advertido contra lo que el sindicato llama la "cara B" de la jornada de ofertas que tiene lugar este viernes como parte de la campaña ''Black Friday'', debido a los efectos que un consumo elevado puede tener desde el punto de vista laboral y medioambiental.

Según Greenpeace, uno de los riesgos del ''Black Friday'' está asociado a la tendencia de "comprar compulsivamente" que, según sostiene, afecta al 30% de los jóvenes, incentivado por la facilidad que supone el comercio ''online''. "Este ritmo de consumo contribuye a la pérdida de biodiversidad y al cambio climático, ya que en la actualidad se extraen y emplean alrededor de un 50% más de recursos naturales que hace tan sólo 30 años", advierten desde la organización.

De hecho, ponen de relieve que la producción de ropa se duplicó entre 2000 y 2014 y cada persona compra, de media, un 60% más de ropa que hace 15 años, algo similar a lo que se observa en relación a la tecnología, un sector que, desde 2007, ha fabricado más de 7.000 millones de smartphones. "Muchos son difíciles de reparar así que se cambian por otros, sin pensar en la peligrosidad de sus residuos. Sólo este año se esperan 50 millones de toneladas de residuos electrónicos", prevén.

En respuesta a esta situación, la organización internacional prevé organizar unas jornadas bajo el título ''Haz'' y bajo el lema ''Consume menos, crea más'', que tendrán lugar en Madrid los días 2 y 3 de diciembre, con coloquios talleres y espacios orientados a "combatir el hiperconsumismo".

Además, tanto Greenpeace como Ecologistas en Acción han hecho hincapié en la "supuesta felicidad" que, dicen, pretenden asociar las empresas al hecho de consumir. "Pero es una felicidad ficticia e insostenible", recalca la responsable de consumo de Greenpeace, Celia Ojeda.

En este sentido, Ecologistas en Acción ha puesto en marcha una campaña bajo el título ''¿Consumimos felicidad?'' y propone celebrar este viernes un ''Día sin compras'' frente al ''Black Friday'', como una "huelga de consumidores" en respuesta a la incitación al consumo y que se organiza simultáneamente en varios países.

Como parte de esto, la organización colaborará con el grupo de teatro Cactus en una acción que tendrá lugar a las 12.00 horas en la madrileña Plaza de Callao (una zona con gran afluencia de compras) con el objetivo de "provocar" la reflexión acerca de "la supuesta felicidad que aporta el consumo".

En la misma línea, Amigos de la Tierra tiene previsto celebrar este domingo, 26 de noviembre, un evento titulado ''Colour Sunday'' para promover la reflexión sobre el consumo insostenible y la adopción de prácticas para alargar la vida útil de los productos, actitud que la organización denomina "alargascencia". El evento tendrá lugar en la Plaza de Jacinto Benavente de Madrid a las 12.00 horas y servirá para dar a conocer alternativas al consumismo realizar una "acción", en la que activistas de la organización crearán un árbol a partir de los residuos electrónicos y textiles.

LA DESTRUCCIÓN DE EMPLEO: EL EJEMPLO DE EEUU

Por su parte, UGT ha llamado la atención sobre el riesgo que los "gigantes de la venta electrónica" representan para los comercios de venta directa y al por menor y los efectos que su crecimiento pueden tener para el empleo. En este sentido, señalan el ejemplo de EEUU, donde el crecimiento de las plataformas de venta ''online'' ha provocado, según sostiene, la desaparición de "decenas de firmas" y que "se tambaleen los cimientos de los gigantes de la distribución".

"233 de las mayores marcas de venta minorista han quebrado desde 2010; Bloomberg prevé que más del 10% del espacio comercial -alrededor de 305 millones de metros cuadrados-, cerrará como consecuencia de esta sustitución de la venta presencial por electrónica; Credit Suisse estima que 8.600 tiendas cerrarán sólo en 2017. Entre 1956 y 2005, EEUU construyó 1.500 centros comerciales (malls). En 2017, sobreviven 1.100. En diez años, su número se reducirá prácticamente a la mitad (800)", resume el sindicato.

Además, subraya que el traslado del comercio hacia las plataformas digitales supone que el empleo directo e indirecto que se crea es "temporal, muchas veces parcial, habitualmente mal pagado, con una altísima rotación, con turnos de trabajo y horarios muy exigentes y con muy pocas garantías y derechos laborales", además de con "una fuerte componente automatizable".

"Desde un punto de vista puramente económico y fiscal, está el peligro de concentrar este negocio en manos de unas pocas empresas transnacionales, que no sólo podrán manejar el comercio a su antojo, sino que revierten sus beneficios y sus impuestos en otras latitudes, lo que lamina la economía nacional, la competencia y, por ende, el Estado del Bienestar", advierte UGT en un comunicado.

Para el sindicato, pese a que en España estas consecuencias el impacto del comercio electrónico todavía no es equiparable al de EEUU, se trata de "una tendencia imparable", algo que indica el dato de que el porcentaje de personas en España que compran a través de Internet una vez al mes ha pasado de un 34% en 2010 a un 50% en 2017.

"En este margen de crecimiento es donde España puede repetir lo visto en EEUU; el trasvase de comercio al por menor hacia medios digitales puede acabar cerrando miles de comercios minoristas, destruyendo muchísimos empleos, empobreciendo nuestra economía, acrecentando la desigualdad", concluye el sindicato, que pide desarrollar regulaciones adecuadas, vigilancia económica ''ad hoc'' y medidas de reconversión tecnológica del empleo para hacer frente a las consecuencias de la digitalización del comercio.