España es el quinto país en inversiones en firmas de tecnología procedentes de fondos extranjeros, con 800 millones de dólares recibidos en 2017 (672 millones de euros), según un informe presentado hoy por la firma Atomico.

Anteceden a España en la lista el Reino Unido (5.400 millones de dólares o 4.530 millones de euros en 2017), Alemania (2.500 millones de dólares o 2.110 millones de euros), Francia (2.100 millones de dólares o 1.770 millones de euros) y Suecia (900 millones de dólares o 760 millones de euros).

La firma internacional de inversiones en compañías tecnológicas subraya en su informe anual, que analiza el estado del sector en el continente, que el número de desarrolladores en España aumentó el último año de 228.304 a 268.149.

Madrid es el cuarto centro europeo por cantidad de desarrolladores profesionales, según los datos de Atomico.

En Londres trabajan 303.594 desarrolladores, en París 181.659 y en Moscú 144.488, mientras que en la capital española lo hacen 104.102.

El documento constata asimismo un aumento de los niveles salariales e indica que el sueldo medio de un ingeniero de software en Barcelona es de 40.800 dólares (34.380 euros), en Berlín 59.700 dólares (50.450 euros) y en Londres 54.800 libras (46.311 euros).

La inversión de capital en tecnología punta en España ha sido de 52.000 millones de dólares en 2017 (43.945 millones de euros), según la firma, mientras que entre 2012 y 2016 fue de 195.000 millones de dólares (164.800 millones de euros).

La firma de inversiones destaca que, según una encuesta, el 36 % de los fundadores de empresas europeas en España considera que las regulaciones impositivas son uno de sus principales desafíos, mientras que el 22 % citó la protección de datos.

En el sur de Europa, el 33 % de los encuestados afirmaron que la inteligencia artificial debe ser el primer objetivo del sector, el 28 % cree que el foco debe estar en las criptomonedas y el 22 % en los vehículos autónomos.

Atomico asegura que Barcelona es la tercera ciudad europea favorita por los emprendedores para fundar "startups", por detrás de Londres y Berlín.

Afirma, además, que España tiene, junto a Alemania, el ecosistema tecnológico menos centralizado de Europa, con el 32 % de la comunidad tecnológica ubicada en la capital del país.

En términos de capital invertido per cápita, España se sitúa a la cola de Europa, con 14 euros per cápita, comparado con 300 euros en Israel.