El Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital ha fijado hoy la hoja de ruta para el despliegue en España del 5G, con medidas como la licitación de las primeras bandas de frecuencias para esta tecnología móvil y ayudas para fomentar la puesta en marcha de proyectos piloto.

La implantación esta tecnología, considerada la piedra angular de la transformación digital, facilitará la prestación de servicios que requieran gran ancho de banda en movilidad y dará un impulso a las aplicaciones del Internet de las Cosas (IoT), como el coche conectado o la digitalización del entorno rural.

Las medidas están recogidas en el Plan Nacional 5G, que ha publicado hoy el Ministerio y con el que España se suma a Alemania y el Reino Unido como tercer país de la Unión Europea (UE) en contar con una plan de este tipo.

A principios de 2018, se procederá a la licitación de las primeras bandas de frecuencias identificadas para 5G, las de 3,6 GHz y 1,5 GHz, con el objetivo de que los operadores puedan comenzar a llevar a cabo los primeros proyectos innovadores de 5G.

En la banda entre 3,6 a 3,8 Ghz se licitarán 200 megahercios y se procederá a la reordenación de los bloques de espectro que tienen ya varios operadores (como Telefónica u Orange) entre 3,4 y 3,6 Ghz.

En las subastas, el Gobierno pondrá límites a la cantidad de espectro que puede tener cada operador para evitar "el acaparamiento" de frecuencias.

Las otras dos bandas identificadas para el 5G, la de 700 Mhz y la de 26 GHz, no tienen aún fecha prevista para su licitación, aunque fuentes del Ministerio han apuntado que los operadores no las estiman prioritarias y han recalcado que el 5G puede empezar "incluso comercialmente" sin ellas.

La banda de 700 Mhz, que permite coberturas geográficas muy grandes y permitirá la extensión de forma masiva, está utilizada en la actualidad por la televisión digital terrestre, por lo que su puesta a disposición de los servicios móviles obligará a una nueva resintonización de la TDT.

Esta semana, el Gobierno ha lanzado una consulta pública para llevar a cabo este proceso, conocido como segundo dividendo digital (tras el primero que afectó a la banda de 800 Mhz), lo que se prevé que ocurra hacia 2019-20 (la fecha límite es junio de 2020).

La UE prevé la posibilidad de que pueda retrasarse un máximo de 2 años, pero por causas de fuerza mayor o problemas de coordinación internacional, entre otros motivos, lo que desde el Ministerio ven "complicado" que ocurra.

La banda de 26 Ghz, capaz de alcanzar altísimas velocidades (de hasta 10 gigas por segundo) pero con una cobertura reducida de decenas de metros, está pensada para su uso en grandes aglomeraciones, como estaciones, eventos deportivos o fábricas inteligentes, donde hay miles de sensores conectados.

Actualmente, una buena parte de esta banda, que utilizan los operadores móviles para radioenlaces, está libre.

Otras medidas recogidas en el Plan, que toma como base las aportaciones y los resultados de la consulta pública hecha en julio pasado, es la convocatoria de ayudas, también en 2018, para que se lleven a cabo proyectos piloto que impulsen el desarrollo y despliegue de la tecnología 5G.

Se prevé que comiencen a desplegarse las primeras redes después del verano próximo y que los operadores y fabricantes vayan introduciendo casos de uso.

Los pilotos se llevarán a cabo en las bandas de 3,6 y 1,5 Ghz, y el Gobierno cree que "no va a ser fácil poder experimentar en la de 700 Mhz mientras no se complete la liberación del segundo dividendo digital".

La hoja de ruta también prevé apoyo a proyectos de I? en 5G y una oficina de seguimiento del Plan Nacional.

Se estima que la introducción del 5G en los sectores de la automoción, la salud, el transporte y los servicios públicos en España tenga un impacto económico de hasta 14.600 millones de euros antes de 2025, según las fuentes.

Con este Plan, el Gobierno quiere que España no pierda, con el 5G, el liderazgo que ostenta en telecomunicaciones, al contar con la red de fibra más extensa de Europa y una cobertura de 4G que sobrepasa el 95 % de la población.

Además de mejorar la velocidad, el 5G permitirá reducir la latencia (tiempo de respuesta de las redes) al entorno de 1 milisegundo, clave para la conducción autónoma y operaciones quirúrgicas en remoto.