El sector financiero español no quiere perder el tren de las nuevas tecnologías ni competir en condiciones desiguales con gigantes como Google o Amazon que están empezando a "entrar en su terreno", por lo que apremia un marco regulador igual para todos que facilite la innovación.

Así lo han explicado hoy fuentes financieras, según las cuales los avances tecnológicos tienen muchas ventajas, como la mejora de algunos productos y servicios, el aumento de la eficiencia o el ahorro de costes, pero también plantean riesgos.

La banca española está "muy avanzada" tecnológicamente y lista para afrontar cualquier reto, pero también es necesario que las autoridades adapten el enfoque supervisor e incluso lo flexibilicen en algunos casos, para que la economía española no se quede atrás, explicaron las fuentes.

De esta necesidad surgió hace algunos años un grupo de trabajo ("fintech" taskforce) de la Comisión Europea para estudiar los desafíos de la digitalización en los mercados financieros, que dio lugar a un documento de consulta que se tradujo finalmente en el Plan de Acción "Fintech", publicado el pasado 8 de marzo.

Según las fuentes, no se trata de una iniciativa regulatoria, sino de un conjunto de medidas para evaluar el impacto de las nuevas tecnologías en la industria financiera y analizar si las normas de la UE son adecuadas para disponer de un mercado financiero "más competitivo e innovador".

El plan incluye una serie de herramientas para facilitar la innovación, como los "hubs" donde intercambiar ideas, los aceleradores para "startups" tecnológicas o el llamado "sandbox" regulatorio, una suerte de banco de pruebas para las empresas "fintech", pensado para que ensayen ciertos productos y servicios en un entorno controlado y por un tiempo limitado.

Según las fuentes consultadas por Efe, la banca considera que la propuesta de la CE se ha quedado algo corta en este caso concreto, pues haría falta impulsar un "sandbox" a escala europea, no sólo nacional.

Las entidades financieras ven con buenos ojos este proyecto que les permitiría contar con una herramienta para probar aplicaciones para los productos y servicios bancarios, porque el sector está muy regulado y no lo tiene fácil para hacer estos ensayos.

Para ello la banca cree que la supervisión, aunque exhaustiva, también debería ser flexible con ciertos ensayos de productos o servicios dirigidos a una muestra concreta de clientes y por un tiempo determinado.

Las propuestas de la CE también analizan los servicios "cloud" ("nube") a la que muchas empresas trasladan sus datos para ser más eficientes, a lo que el sector reacciona con sus propias peticiones, como que el supervisor europeo EBA les dé instrucciones sobre la forma de externalizar servicios bancarios a la nube.

Lo más delicado son los datos de los clientes bancarios, por lo que algunas entidades quieren un enfoque híbrido, es decir, tener una "nube" privada de datos más confidenciales y otra pública para lo más general.

El Plan de Acción también aborda el "blockchain", tecnología en la que se basan las criptomonedas y que sirve, entre otras cosas, para registrar la propiedad de los activos (tockens) en una base de datos gigantesca que se comparte a través de una red de ordenadores (nodos) distribuidos en distintas zonas.

El sector considera que hay que revisar el marco regulatorio para dar cabida a las criptomonedas y otras iniciativas para mejorar la protección al consumidor, pero aboga por hacerlo a nivel internacional para que no haya países con regulación más laxa.