Los controladores aéreos y Enaire han hecho hoy un importante avance hacia un acuerdo, lo que hace que la amenaza de huelga en plena temporada de verano se disipe, pero aún quedan por limar algunos aspectos para que la negociación concluya definitivamente con éxito.

El pasado mes de abril, los controladores del centro de control aéreo de Barcelona anunciaron que irían a la huelga este verano, pero dejaron la amenaza en suspenso tras el cambio de Gobierno, a la espera de un gesto por parte del nuevo ejecutivo, que llegó ayer en forma de una reunión con el secretario de Estado de Infraestructuras, Transportes y Vivienda, Pedro Saura.

Después de la reunión celebrada esta tarde, en este caso ya sólo con Enaire, el presidente de la Unión Sindical de Controladores Aéreos (USCA), Pedro Gragera, ha señalado a los periodistas que si tras el encuentro de ayer había mucho optimismo de cara a los resultados de la negociación, hoy están "mucho más cerca de llegar a un acuerdo".

Esto se debe a que la oferta presentada por Enaire va "más allá del cortoplacismo" y es una propuesta a largo plazo, que da respuesta al incremento del tráfico previsto, ha explicado para añadir que el sindicato la va a estudiar esta tarde y mañana presentará su contraoferta.

USCA está de acuerdo con el incremento neto de personal del 21,3 % en los próximos siete años propuesto por la empresa (hasta 2025), pero quedan por limar algunos aspectos respecto a aquellos controladores que no pudieran continuar operativos, debido a la fatiga crónica, además de otros pequeños detalles.

Aunque el fantasma de una huelga en pleno verano se aleja, Gragera ha insistido en que "ningún acuerdo es válido hasta que no se firma", por lo que hasta que no lo tengan firmado, no pueden decir que "no habrá una convocatoria" (de paros).