En todas las regiones del mundo bañadas por el mar se conoce desde hace mucho tiempo la relación que existe entre el tráfico marítimo y la contaminación o invasión por especies marinas exóticas. Para buscar una solución a este problema nace el “Convenio de aguas de lastre de los barcos”, una normativa a escala internacional en la que se explican los procesos y metodologías necesarias para gestionar el agua de lastre de los barcos (uno de los motivos principales de contaminación biológica en el mar).

Qué son las aguas de lastre y cuál es su relación con la contaminación biológica

Las aguas de lastre se utilizan desde el siglo XIX por todo tipo de barcos para estabilizar el peso del buque mediante la colocación de compartimentos llenos de agua que equilibran la carga y permiten una navegación óptima. Este procedimiento lo utilizan tanto los grandes cargueros que cubren enormes distancias, como los pequeños barcos de pesca o yates.

El agua que se utiliza en las aguas de lastre suele obtenerse del mar y esto implica la captura de organismos biológicos de todo tipo que, al llegar al punto de destino, son liberados en un ecosistema marino que nada tiene que ver con el de origen. Una buena gestión de las aguas de lastre está encaminada a evitar contaminaciones y desajustes ecológicos que pueden ocasionar un importante impacto medioambiental y económico en la zona.

Cómo se gestionan las aguas de lastre

Ante el problema generalizado con las aguas de lastre, en 2004 se creó el “Convenio Internacional para el Control y Gestión del Agua de Lastre y los Sedimentos de los Buques”, aunque no fue hasta septiembre de 2017 cuando entró en vigor. Este Convenio ha desarrollado una serie de normas y procedimientos para gestionar las aguas de lastre y sedimentos de manera que los organismos capturados no provoquen ningún problema a las especies marinas autóctonas cuando los barcos descargan sus tanques.

Plan de Gestión y Libro de Registro

El Convenio exige que todos los buques dedicados al transporte a nivel internacional lleven a cabo un plan de gestión de aguas de lastre determinado según las características del barco. Para hacer un seguimiento de este plan de gestión, cada buque deberá llevar un Libro de Registro donde se anoten todas las acciones necesarias, así como un Certificado Internacional de la gestión de aguas de lastre. Desde la entrada en vigor del Convenio, la gran mayoría de los buques están obligados a instalar un sistema de tratamiento de agua de lastre cumpliendo un período de adaptación.

Cumplimiento de la normativa del Convenio

Las partes están obligadas a cumplir todos los puntos del Convenio, incluidos los puertos, que deben contar con las infraestructuras necesarias para el depósito de aguas de lastre. Se nombrará personal cualificado en los puertos para los trabajos de certificación, inspección y reconocimiento de buques, con el objetivo de cumplir la normativa legal sobre la gestión de aguas de lastre. Estos funcionarios podrán pedir el Libro de Registro a los buques, junto a los certificados pertinentes, y efectuar un muestreo de aguas de lastre para verificar el cumplimiento de la normativa.

Técnicas de tratamiento del agua de lastre

Empresas especializadas en ingeniería naval como LLalco llevan años desarrollando e implementando soluciones con distintas tecnologías para tratar el agua de lastre de los buques orientadas a la eliminación de los organismos causantes de los desequilibrios en el puerto de destino. Estas son las principales:

- Filtración

- Electrólisis

- Esterilización por ozono

- Ósmosis inversa

- Radiación ultravioleta

Dependiendo de las características del barco se utilizan unas u otras técnicas para el tratamiento de las aguas de lastre. Los sistemas de filtrado se suelen usar para eliminar los organismos de mayor tamaño y la radiación ultravioleta para los microorganismos.

El cumplimiento del Convenio por todas las partes implicadas y la utilización de la última tecnología en el tratamiento de aguas de lastre resultan esenciales para mantener los ecosistemas y lograr una economía sostenible de los recursos marinos.