El producto interior bruto (PIB) del Reino Unido experimentó su mayor crecimiento trimestral de julio a septiembre de este año, un 0,6 %, desde los últimos tres meses de 2016, cuando avanzó un 0,7 %.

La Oficina Nacional de Estadística (ONS, por sus siglas en inglés), dio a conocer este viernes los datos correspondientes al tercer trimestre del año, en el que se constató el buen rendimiento del sector de la construcción y del sector servicios.

Este último, considerado vital para el país con un representación del 79 % de la economía, aumentó el 0,4 %, mientras que la construcción registró un alza del 2,1 %, el crecimiento más rápido desde el primer trimestre de 2017, y la industria del 0,8 %, informó la ONS.

La celebración del Mundial de fútbol de Rusia en el mes de julio unido a las inusuales altas temperaturas que registró el Reino Unido este verano contribuyeron a este crecimiento económico que, sin embargo, mostró señales de debilidad en septiembre debido a una desaceleración de las ventas minoristas.

Estas ventas decrecieron en septiembre un 0,8 %, lastradas por una caída del 1,5 % en el gasto en alimentación de los británicos en ese periodo, según datos de la ONS.

Por el contrario, el responsable de las cuentas de la oficina, Rob Kent-Smith, resaltó el crecimiento de la producción de automóviles para su exportación en el tercer trimestre, lo que "impulsó la producción de las fábricas, mientras que las importaciones de vehículos retrocedieron considerablemente".

Con todo, los expertos resaltaron que el crecimiento económico puede retroceder en los últimos tres meses del año.

Al conocerse estos últimos datos del PIB la libra se mantuvo inmóvil y se situaba en 1,14 euros y 1,30 dólares.

La semana pasada el Gobierno del Reino Unido, presidido por la conservadora Theresa May, aumentó del 1,3 al 1,6 % su previsión de crecimiento del producto interior bruto (PIB) en 2019.

Para los años siguientes, la oficina de responsabilidad presupuestaria (OBR, en inglés), estimó que la economía británica crecerá un 1,4 % en 2020 y 2021, un 1,5 % en 2022 y un 1,6 % en 2023, unos porcentajes que son relativamente bajos en comparación con economías similares.

Además, la OBR pronosticó que el déficit presupuestario británico, en relación con el producto interior bruto (PIB), caerá este año fiscal (de abril de 2018 a abril de 2019) hasta un 1,2 %, y seguirá cayendo en los siguientes ejercicios, mientras que la deuda neta acumulada bajará de un 83,7 % del PIB este ejercicio a un 74,1 % en 2023-24.

Predicciones que dio a conocer el ministro de Economía, Philip Hammond, al presentar en la Cámara de los Comunes su proyecto de Presupuesto del Estado para el ejercicio 2019-20, el último antes del "brexit".

Por su parte, el Banco de Inglaterra mantuvo el pasado 1 de noviembre en el 0,75 % los tipos de interés en el Reino Unido y también su programa de estímulo económico, con el que destina 445.000 millones de libras (500.000 millones de euros) a la compra de bonos de deuda privada y sobre todo soberana.

El banco central redujo además su previsión de crecimiento para este año y el próximo, hasta un 1,3 % en 2018 y un 1,7 % en 2019, debido a los efectos de la salida británica de la Unión Europea (UE).

El Reino Unido afronta el trayecto hacia su salida del bloque comunitario, prevista para el próximo 29 de marzo de 2019, con una economía estable pero ralentizada, con un desempleo de solo el 4 % y una inflación del 2,4 %, y los salarios bajos.