El Estado gastará este año 31.398 millones de euros en pagar los intereses de la deuda, un 2,5 % del PIB y un 0,5% menos que en 2018, aunque la deuda en circulación aumentará un 3,58 %, hasta 1,039 billones.

La deuda consolidada de las Administraciones públicas, según la metodología definida en el Protocolo de Déficit Excesivo, acabará 2019 en el 95,4 % del PIB, frente al 96,9 % de 2018 y cinco puntos por debajo de la tasa de 2014 (100,4 %).

Según los datos recogidos en el Proyecto de Presupuestos para 2019 presentado hoy, la emisión neta que tendrá que hacer este año el Tesoro para cubrir las necesidades de financiación se situará en 35.000 millones de euros, la misma cantidad que en 2018, y la bruta ascenderá a 209.525 millones de euros, un 1,6 % menos que el año pasado.

Con esas emisiones se financiará la deuda que vence y el déficit de caja del Estado, además del préstamo de 15.164 millones de euros a la Seguridad Social.

En 2019 la deuda del Estado en circulación alcanzará los 1,039 billones de euros, el 3,58 % más que en 2018, cuando sumó 1,003 billones de euros.

El Gobierno calcula que la normalización de la política monetaria por parte del Banco Central Europeo (BCE) puede provocar un ligero aumento de los costes de las nuevas emisiones, sobre todo en los plazos más cortos.

No obstante, el impacto sobre la carga financiera del Estado será muy limitado, por la reducción en el porcentaje del total de deuda que se debe financiar anualmente, que es a su vez consecuencia del aumento de la vida media de los títulos emitidos.

La estrategia de financiación del Tesoro para este ejercicio pasa por aumentar la participación de los bonos y obligaciones hasta el 89,7 % y reducir la de Letras hasta el 6,8 %, al tiempo que el porcentaje de otras deudas (resto de deuda en euros y en otras divisas) se mantendrá prácticamente estable.

La ministra de Economía y Empresa, Nadia Calviño, explicó el pasado viernes tras el Consejo de Ministros que el objetivo del Tesoro es "minimizar" la emisión todo lo posible y alargar los vencimientos de la deuda -en 2018 la vida media se situó en 7,52 años- para tener una situación más cómoda de cara a la normalización de la política económica.

En 2018 el escenario favorable de tipos permitió situar el coste medio de emisión en el 0,65 %, algo por encima del 0,62 % de 2017, incremento que el Tesoro atribuye a los mayores plazos a que se emitió el año pasado, que pasaron de 10,8 años en 2017 a 11,9 años de media en 2018 y más del doble de la de 2012 (5,1 años).

Ese leve repunte en el precio de emisión no impidió reducir el coste medio de la deuda en circulación hasta su mínimo histórico, al 2,39 % (2,55 % en 2017 y 3,73 % en 2013).