La sempiterna polémica en Canarias sobre la justicia o no del sistema electoral volvió a dejar el pasado domingo un nuevo capítulo con varias lecturas. El hecho de que el Partido Popular de José Manuel Soria ganase por 63.050 votos más que Coalición Canaria y, sin embargo, obtenga el mismo número de diputados en la cámara regional (21) ha sido objeto de comentarios continuos desde el pasado domingo. Más allá de que un archipiélago como éste, con dos islas con mucha población y otras con muy poca, requiere de mecanismos compensatorios para que haya representantes por cada ínsula, ya que, si se hace sólo por el número de habitantes y no se amplían los 60 representantes actuales, islas como El Hierro o La Gomera se quedarían sin diputados, si se atiende solo a los que defienden que en democracia todos los votos valgan igual ante una misma institución, el resultado de los comicios dejaría al PP con sus actuales 21 actas, pero CC bajaría cuatro (de 21 a 17), el PSC perdería una (de 15 a 14), Nueva Canarias duplicaría sus representantes (de 3 a 6) y entrarían fuerzas minoritarias a la izquierda del PSOE como Asamblea Sí se Puede y Verdes con un diputado cada una.

Los 21 representantes del PP les costaron a los conservadores un total de 288.807 sufragios (el 31,84% de los votos emitidos válidos), mientras que CC ese mismo número lo logró con 225.757 (el 24,89%). El PSC bajó de 322.833 respaldos en 2007 a 190.310 ahora (desde un 34,51% con Juan Fernando López Aguilar al 20,98% con José Miguel Pérez, casi 14 puntos menos), mientras que la cuarta fuerza regional en apoyos (Nueva Canarias, que en Tenerife venía representada por Socialistas x Tenerife-IUC-Verdes) consiguió 82.318 votos (un 9,08%). Los partidos que no lograron representante y que, de valer los votos por igual sin atender al 6% regional o al 30% insular, habrían entrado, obtuvieron 19.372 papeletas en favor de Alternativa Sí se Puede (un 2,14%) y 18.777 en el caso de Los Verdes, lista diferente a la que, en Tenerife, se coligió con IUC y los disidentes del PSC encabezados por Santiago Pérez.

Si los votos de los canarios valiesen igual en cualquiera de las siete islas y se mantuvieran los 60 diputados, el reparto sería directamente proporcional al número de sufragios obtenidos por cada fuerza. A partir de aquí, y como resultan imprescindibles las compensaciones insulares, la discusión se centra en si es o no justo el 6% de tope regional o el 30% insular, barreras que tanto PP como PSC quieren romper por considerarlas injustas y casi sin precedentes en el resto del mundo.

La barrera autonómica del 6% en todas las Islas para entrar en el Parlamento se situaba antes en el 5%. En ambos casos, y si no existiese la del 30% por cada isla, la distribución beneficiaría un poco más al PP, que subiría un diputado (de 21 a 22), mientras que perjudicaría a las fuerzas más pequeñas, ya que no entrarían ni Sí se Puede ni Los Verdes. Coalición canaria, por su parte, se quedaría con los 17 que también tendría sin ninguna barrera, el PSC igualaría los 15 actuales y Nueva Canarias seguiría con los 6 que obtendría si cada sufragio valiese por igual en el conjunto de la región.

Con todo, al PP le ha costado cada uno de sus 21 diputados un total de 13.752 sufragios, mientras que a CC le valen 10.750 votos para obtener cada uno de sus 21 representantes. Es decir, al PP le sobran 3.002 votos para quedarse a la par de CC por cada una de sus actas regionales. Por supuesto que el inmediato argumento de los nacionalistas consiste en que ganan en cinco de las siete islas y que no se puede hacer esta lectura global canaria si no se atiende a la distribución de escaños por islas si se asume, de entrada, que se requieren elementos compensatorios. Sin embargo, el debate seguiría sobre los topes y el número de representantes por cada ínsula, ya que sigue poniéndose en duda que sea justo y proporcional que islas como Tenerife y Gran Canaria cuenten solo con 15 diputados cada una cuando El Hierro, con mucha menos población proporcional, cuenta con tres y La Gomera, con cuatro.

A los socialistas canarios, cada uno de sus 15 diputados les costaron 12.687 sufragios, lo que tampoco resulta proporcional en comparación con los 21 de CC.

Situación en cada isla

Si la máxima de que cada voto valiese lo mismo no solo en toda Canarias, sino en cada isla, el reparto actual de escaños no se modificaría tanto. En Tenerife, la situación sería la misma sin ninguna barrera y CC tendría sus actuales siete representantes, por cinco del PP y tres del PSC. Lo mismo ocurriría en Gran Canaria; con 8 del PP, 4 del PSC, 2 de Nueva Canarias y uno de CC; La Palma también repetiría los cuatro de CC, los dos del PP y los dos del PSC; en La Gomera se mantendría, asimismo, el mismo reparto (dos para los socialistas, uno para el PP y otro para CC), y en igual caso estaría Lanzarote, con 3 para CC, 2 del PP, uno del PSC y otro para Nueva Canarias. Sí cambiaría el panorama en Fuerteventura, donde CC mantendría los 3 logrados, el PP sus dos representantes, pero el PSC perdería uno de sus dos diputados en favor del PPMajo. También se modificaría en El Hierro, isla en la que CC pasaría de dos a uno, el PSC seguiría con su acta y entraría el PP con uno, que es el que daría esos 22 de su tope en estos condicionales.

Por supuesto que, como ocurre con la discusión nacional respecto al reparto por provincias y si se debe ampliar el número de diputados para que no se perjudique tanto a los partidos de ámbito estatal que no sean los dos mayoritarios (como IUC o UPyD), en Canarias todo cambiaría si, por ejemplo, se suman 10 u otro número de nuevos representantes a la cámara que sean elegidos solo por los resultados autonómicos globales, o si, en cambio, se efectúa una nueva redistribución de los 60 actuales.

Eso sí, y como hasta ahora por diversos intereses y circunstancias, la polémica y las distintas lecturas parecen condenadas a perpetuarse, aunque el partido menos dispuesto a mover ficha y la situación actual es precisamente CC.