Tras cumplir su objetivo central el 26J, reeditar el acta de diputada de Ana Oramas y la del senador herreño, CC relajó ayer los análisis del resultado, aunque es consciente de lo que se viene encima. El secretario de Organización, José Miguel Barragán, señaló ayer a El Día que su formación espera entrar relativamente pronto en las negociaciones que, a su juicio, debe abrir Rajoy sí o sí "por haber salido claramente reforzado este 26J". Eso sí, deja claro, en línea con lo que han dicho numerosas veces los nacionalistas, aunque siempre ha habido y habrá especulaciones y quizás movimientos, que su posible influencia en un gobierno del PP, sea mayor o menor, la desligan del pacto regional con el PSOE y asegura que, en ningún caso, se romperá para acercarse a los conservadores. Que habrá negociación del PP con Oramas, e incluso con Nueva Canarias, al menos aparentemente, lo confirmó el propio Rajoy ayer en su intervención tras el Comité que celebraron los populares en la calle Génova. No obstante, el presidente en funciones se reunirá primero con el PSOE y seguirá luego en función del número de escaños, aunque aclarando que siempre de aquellas fuerzas "moderadas". Barragán, sin embargo, no contempla que Pedro Quevedo (NC) traicione a los nacionalistas y da esto por hecho. A diferencia de Oramas, Fernando Clavijo y José Manuel Bermúdez, que a pocos horas de las urnas daban por seguro a El Día que no habrá gobierno de coalición, sino uno en minoría (con el resultado, claramente del PP) y negociándose cada ley y moción jornada a jornada en una legislatura seguramente corta, Barragán no descarta nada. Ni siquiera que haya una gran coalición PP-PSOE o que Ciudadanos deba recular de algunas de sus líneas rojas hasta ahora, como que Rajoy tenga que dejar paso a otro presidenciable del PP para propiciar una verdadera renovación. A su juicio, los de Albert Rivera se arriesgarían a perder muchos de sus actuales 3,2 millones de votos y 32 actas si vuelve a bloquearse la gestión y una investidura porque los españoles no aceptarían ya unas terceras elecciones y el PP recuperaría mucho más sufragio que se ha ido a los centristas desde el 20D. De hecho, el dirigente de CC cree que la insistencia de ayer de buena parte del PSOE en que, ni por acción ni omisión (es decir, con una abstención en la investidura), propiciarán la continuidad de Rajoy como presidente, así como el reiterado mensaje de Rivera de que no quiere que el presidente siga en la Moncloa, sino un pacto con PP y PSOE desde la renovación y los contenidos, son solo posturas que ambas formaciones debían mantener ayer porque aún es muy pronto, porque seguían masticando los resultados y porque todo se irá contextualizando y relativizándose en pro de la gobernabilidad, sobre todo por la situación en Europa y la inviabilidad de unos terceros comicios. Lo mismo piensa respecto a la ya célebre negativa de C''s a entrar en cualquier acuerdo que incluya también a nacionalistas, en este caso, quizás, PNV y CC, que dejarían al PP a un voto de la mayoría absoluta si los de Rivera entran. Sea como sea, Barragán tiene claro que, aunque Rajoy quiere premura para formar gobierno a primeros de agosto, comienza un proceso en el que se barajarán diversas fórmulas (como una abstención del PSOE) y en el que su formación debe aprovechar para volver a poner en primer plano la "agenda canaria" que ya pactaron con los Sánchez y Rivera para apoyar la segunda votación de la frustrada investidura del socialista. En este sentido, señala que volverán a presentar de entrada la agenda que ya le plantearon al PP y PSOE tras el 20D. Una programación de medidas para Canarias que, también en contraste con los presagios de Oramas, podría incluir también la apertura de la Constitución para incluir el REF fiscal y económico, evitando que dependa de cada gobierno cada 4 años, o el nuevo Estatuto y la condición de región ultraperiférica que sí reconoce la UE a las Islas. A su vez, presenta como imprescindible mejorar claramente la financiación autonómica, evitar los perjuicios del techo de gasto para las comunidades que cumplen con el déficit, recuperar convenios como el de carreteras y corregir, en lo posible, los recortes en múltiples ámbitos: el educativo, el sanitario, las pensiones, sobre todo las no contributivas, o el costeo de la ley de dependencia. En esta línea, Oramas cree que un gobierno en minoría deberá negociar todo y podría cambiarse la ley "mordaza", la educativa o aspectos de la reforma laboral.

Dualidad de pactos como tantas veces antes

Barragán da por seguro el mantenimiento del pacto en (pseudo)cascada en Canarias con el PSOE y lo hace con total naturalidad. Con la misma de la que habla de las diversas veces que CC, desde su creación en 1993 tras la censura a Saavedra, ha pactado en las Islas con uno de los dos partidos históricos del bipartidismo (muchas más veces con el PP) y con el otro a escala nacional. De hecho, los 4 diputados en el Congreso (su récord: con dos por provincia) asentaron de 1993 a 1996 al último gobierno de Felipe González, que había ganado, un tanto sorprendentemente a tenor de otras encuestas esquizofrénicas, sus cuartas elecciones. La situación se repitió con otros 4 escaños de 1996 a 2000 con el primer gobierno de Aznar, también en minoría en otro ridículo demoscópico. Por supuesto, la mayoría absoluta de los conservadores de 2000 a 2004 diluyó esa influencia, que había dejado por el camino, entre otros logros, el REF y el REA en Europa, pero la recuperaron en los dos gobiernos en minoría de Zapatero, especialmente en el segundo (de 2008 a 2011), si bien fue el tramo que más se discutieron sus logros con los célebres 25.000 millones.