The Black Keys, Fun y Gotye se coronaron la madrugada del lunes como los triunfadores de la reñida 55 edición de los premios Grammy, aunque la gran sorpresa de la velada fue la banda de folk británica Mumford & Sons, que se llevó a casa dos gramófonos dorados, entre ellos el de álbum del año por "Babel", el galardón más codiciado.

Los roqueros de Ohio The Black Keys consiguieron tres premios Grammy, incluyendo mejor álbum de rock por "El Camino". Además, el guitarrista y cantante de la formación, Dan Auerbach, se hizo con el prestigioso premio a productor en la categoría de no-clásico. Por su parte, el trío indie-pop Fun se impuso en la categoría de mejor artista nuevo y ganó el premio a mejor canción del año por su tema "We Are Young".

El cantante australiano Gotye se llevó tres galardones, incluido la distinción a la mejor grabación del año por "Somebody That I Used to Know", con la cantante neozelandesa Kimbra.

Jay-Z y Kanye West también fueron premiados con tres distinciones, dos de ellas por su tema "Niggas in Paris". Entre los otros ganadores de la noche estuvieron DJ Skrillex, Adele, Zac Brown Band, Miguel y Kelly Clarkson.

En el apartado latino, Juanes ganó el Grammy al mejor álbum pop latino por "MTV Unplugged Deluxe Edition" y The Clare Fischer Latin Jazz Big Band se hizo con el mejor álbum latino de jazz, por "Ritmo".

El galardón al mejor álbum de rock latino, urbano o alternativo fue para "Imaginaries", de Quetzal, mientras que la estatuilla al mejor álbum tropical latino se lo llevó "Retro", de Marlow Rosado y la Riquela.

El gramófono dorado en el campo de mejor disco de música regional mexicana fue para Lila Downs por "Pecados y milagros". Por su parte, el músico cubano Arturo Sandoval se llevó el Grammy al mejor álbum de Big Band de jazz por "Dear Diz (Every Day I Think Of You).

La ceremonia de este año estuvo precedida por la polémica que desató un comunicado de la organización que pedía cierto recato a la hora de vestir. En este marco, Jennifer Lopez bromeó al mostrar al público una raja de vértigo en su vestido de Antonio Vacarello. "Como podéis ver, he leído la nota", dijo la cantante. "¡Tú has inspirado la nota!", replicó su copresentador Pitbull, en referencia a un vestido de Versace que lució hace unos años con un escote que caía por debajo de su ombligo.

El canal CBS, encargado de emitir la gala en EEUU, envió la semana pasada un correo electrónico a los invitados solicitando que los "traseros y pechos femeninos estuvieran tapados adecuadamente" para evitar polémicos vestidos como el Versace que lució la propia Jennifer Lopez en la edición de 2000 o el de Lil'' Kim en 1999, que dejaban poco lugar para la imaginación a los televidentes.

Rihanna tampoco se quiso quedar atrás en una ceremonia que volvió a estar repleta de sensualidad a pesar de las advertencias de estilismo del canal de televisión CBS. Rihanna lució espectacular con un vestido rojo vaporoso de Azzedine Alaïa con escote en la espalda, mientras que Lopez fue la más desafiante con un vestido negro asimétrico con abertura hasta la cadera, de Anthony Vaccarello.

Asimismo, Taylor Swift apostó por un diseño blanco vaporoso con abertura lateral de J. Mendel, acompañado por aplicaciones de pedrería en color plata, en tanto que Nicole Kidman se dejó ver con un vestido de encaje color cobre de Vera Wang y Beyoncé Knowles se mostró de lo más elegante con un mono ajustado en blanco y negro.

También se llevó grandes elogios Florence Welch con su Givenchy de pailletes verde esmeralda a juego con un bolso de mano.

Adele y Katy Perry, en cambio, estuvieron menos afortunadas con sus elecciones. La británica, con moño y pendientes de diamantes, acudió a la cita con un vestido de encaje rojo con transparencias en las mangas y zapatos a juego. Perry, por su parte, escogió un vestido color menta inspirado, según ella, en los diseños de Priscilla Presley en los años 70, con escote pronunciado y pedrería en el cuello.