Después de años de asumir profundos cambios estilísticos y de pagar "gustosa" ese riesgo, el demonio interior de la distorsión y las guitarras altas ha vuelto a prender en la banda Dover, que por pura "diversión" recupera estos días en una gira el disco que hace 15 años les catapultó a la fama, "Devil came to me".

"Sabíamos que estábamos haciendo algo redondo, pero no que iba a cambiarnos la vida como lo hizo", ha recordado hoy en una entrevista con la guitarrista y compositora Amparo Llanos, un día antes de recalar en Madrid para ofrecer dos conciertos consecutivos con todas las entradas vendidas en la sala Sol.

Se trata de un proyecto, dice, "muy divertido y emocionante" que les está permitiendo tocar en salas pequeñas y revivir así los días previos a la eclosión de "Devil came to me", un álbum del que se vendieron unas 900.000 copias pese a contar con un presupuesto irrisorio para la época -menos de 6.000 euros- y lo que entonces parecían obstáculos.

"Éramos un grupo que cantaba en inglés, con las guitarras muy altas y dos chicas, una a la guitarra y otra cantando... Eran cosas que parecía que hacían difícil el éxito", recuerda Llanos sobre sus inicios.

En esta gira sonarán todos los cortes del disco, canciones emblemáticas como "Serenade", "Loli Jackson" y la misma "Devil came to me", y otros como "Sick girl", que no habían tocado nunca en directo, alternándolos con temas del previo "Sister" (1995) y del posterior "Late at night" (1999).

De este modo, el público joven podrá escucharlas por primera vez en vivo y en su versión original rock y, al mismo tiempo, servirá para atraer a nostálgicos, algunos de los cuales se alejaron del grupo, reconoce Llanos, tras sus cambios estilísticos con el electrónico "Follow the city lights" (2006) y el africanista "I ka kené" (2010).

"Aunque eso tiene sus riesgos y su precio, nosotros lo hemos pagado gustosos porque suponía seguir vivos", asegura la madrileña, que no reniega de ninguno de sus trabajos porque les permitieron mantener el entusiasmo y "la pólvora", sin importar lo que se dijera de ellos.

Cree que su afán de innovación es lo que les ha permitido volver ahora pletóricos a aquellas canciones de juventud, con las que se siguen sintiendo "súper en forma" y plenamente identificados y no descarta dejarse impregnar por ellos de cara a futuros trabajos.

"Somos un poco impredecibles, crear algo es un proceso muy intuitivo y espontáneo y no sabemos todavía cómo será el próximo disco, pero podría darse que, ya que hemos vuelto a encender la distorsión, nos entren ganas de seguir con ella", comenta.

Lo que sí es seguro es que sus conciertos madrileños serán grabados bajo la supervisión de Dani Alcover, productor original de "Devil came to me", y servirán para publicar un disco en directo coincidiendo con el aniversario de su lanzamiento, que se producirá el 21 de abril.

Además, después de Madrid, la gira seguirá su recorrido por varias ciudades más y pasará por plazas como Murcia (Sala Stereo, 15 de marzo), Alicante (Sala Stereo, 16 de marzo) y Barcelona (sala Music Hall), donde tocarán los días 22 y 23 de marzo.