El pasado domingo vendió más de 30.000 discos de "Romance de la luna Tucumana", un proyecto de sonidos andinos que se comercializa con la edición dominical de El País. Diego "El Cigala" (1968) es uno de los integrantes del cartel del Festival Mar Adentro que se celebra en el norte de Tenerife entre el 22 de junio y el 6 de julio. "Hoy en día la industria discográfica no se juega con nadie", dice un artista que eligió una estrategia de distribución discográfica diferente a partir de "Dos lágrimas" (2008). Ganador de un Grammy en 2004 ("Lágrimas Negras"), el cantaor madrileño "prestó" su voz a Buzz Lightyear en "Toy Story 3".

Insistir en este sistema de ventas es una apuesta segura, ¿no?

A mí me ha ido de puta madre y no me han dado motivos para cambiarlo. En España, por ejemplo, hay cien tiendas de El Corte Inglés, pero quioscos existen 35 o 50 mil. Además, en este país nadie se puede permitir gastarse 18 o 20 "pavos" -por euros- en un disco.

¿Cuánto ha tenido que arriesgar hasta llegar a este formato de cd + libro que se puede comprar en un quiosco de prensa?

El riesgo es menor que en el primer disco porque ya tenemos tres experiencias anteriores y sabemos cómo funciona. Los discos de hoy en día no aportan ninguna información; se limitan a señalar un listado de canciones y poco más. En "Romance de la luna Tucumana" se cuenta todo el proceso. Está claro que la industria del disco no funciona y todo lo que sea diferente ya es una especie de bendición.

¿Convertirse en una especie de "Juan Palomo", yo me lo guiso, yo me lo como, le ha dado la libertad que echaba de menos cuando estaba dentro de una discográfica?

Ser el dueño de tu obra es algo que no tiene precio. Ahora todo pasa por mi sello (Cigala Music) y nada se cede para siempre, sino que una vez finaliza un contrato los derechos vuelven a ser míos. Ese es el futuro de mis hijos y con eso no juega nadie... Para mí no fue sencillo tener que salirme de una multinacional para iniciar este camino en solitario, pero sabía que había llegado el momento oportuno para tomar esa decisión.

¿Hasta qué punto han podido influir en la crisis discográfica las políticas totalitarias que pusieron en práctica en el pasado las compañías multinacionales que acapararon el control de los músicos?

Las discográficas ya han dejado de secuestrar a los músicos. Hoy en día, un músico que quiera ir más o menos en serio tiene un estudio de grabación en su casa... Los artistas ya no están dispuestos a atarse a una multinacional porque ahora decidimos nosotros lo que queremos cantar.

¿Acabar la entrevista sin preguntarle sobre el maestro Bebo Valdés sería un pecado?

Pues sí... (ríe). Ese señor era un genio y conocerlo ha sido lo más grande que me ha pasado desde que estoy en este mundo. Estar tres años a su lado fue una maravillosa "masterclass" en la que compartimos muchas vivencias. Había días en los me decía: ¡Diego, tienes que escuchar esto! El mayor premio que me han dado fue conocer a Bebo.

¿Dónde está la magia de Diego "El Cigala"?

En el trabajo, en la esencia por seguir aprendiendo de los grandes, en la creatividad que sea capaz de imprimir a mi trabajo... Yo no hago nada extraordinario para que mi música llegue al mayor número de personas, pero sí trabajo como un loco para ofrecer lo mejor de mí. Los grandes son intocables y no sé si merezco estar entre ellos. El tiempo dirá si "El Cigala" tiene talento para entrar en el club en el que ya habitan leyendas como Camarón o Bebo Valdés.

¿Cómo definiría su flamenco?

Yo no soy el que debe contestar esa pregunta, pero siempre he querido ser respetuoso con un arte del que formo parte desde hace años. Eso sí, no renuncio a entrar y salir de él cuando me apetezca. En mí nunca estuvo la idea de querer compararme con los maestros del flamenco porque en el mundo del arte hay lugares reservados a los grandes que son infranqueables.

¿Uno de los muchos problemas que hay en este país radica en estar buscando casi siempre al sucesor de? ¿España es un país de héroes con pies de barro?

Puede ser... (sonríe) Igual es porque nos hemos acostumbrado a consumir mucha música basura. Los artistas de hoy lo quieren resolver todo con un disco de una sola canción. Son producciones enlatadas que tienen fecha de caducidad. Ese arte de bote tiene presente, pero no futuro...

¿Y España, puede recuperarse de una crisis que en materia cultural parece haber quedado reducida a escombros?

En este país hay personas interesadas en dinamitar todo lo que tenga que ver con el mundo de la cultura, la educación o la sanidad. Empiezo a dudar del futuro que le espera a la cultura en España; la han descuartizado sin piedad. Una vez han desangrado a la cultura nadie querrá asumir el proceso de reconstrucción.

REFLEXIONES

"Vender 30.000 discos en una mañana es una hazaña en los tiempos que corren".

"Gracias al piano del gran Bebo Valdés mi música ha trascendido más allá del flamenco. ¡Gracias, Bebo!"

"Hace años yo me tuve que liberar de Sony para poder ser un artista libre".

"Ser una leyenda es algo que otorga el público; yo no soy nadie para señalarme como el sucesor de nadie".

"Yo no molesto a nadie cuando uso las raíces del flamenco para investigar otros géneros musicales".

"Las canciones de hoy en día son de McDonald''s. Vas, la compras, te la comes y el resto lo tiras a la basura".

"La idea de vender discos de la manera que yo lo hago no es revolucionaria, pero es verdad que muy pocos se atrevieron a dar un paso que en ningún caso fue sencillo.