El documental ganador del Goya al mejor cortometraje del 2011, "Memorias de un cine de provincias", de Ramón Margareto, ha centrado hoy un estudio sobre "Neuromarketing", con una innovadora técnica que permite cuantificar el nivel de atención y emoción que ha provocado el cortometraje en los espectadores.

La técnica se denomina "sociograph" y ha sido desarrollada por la empresa palentina ICON Multimedia a partir de una patente de la Universidad de Salamanca.

Se trata de "una especie de polígrafo que es capaz de evaluar el nivel de atención y de emoción que provoca un estímulo a un grupo de hasta 128 personas al mismo tiempo", ha explicado el responsable de ICON Multimedia, Rafael Hornos.

En este caso su fundamento se basa en la medición con sensores individuales conectados a la mano de cada sujeto y permite un análisis cuantitativo y objetivo de la actividad fisiológica del grupo, ha agregado.

La prueba se ha realizado en los Cines Ortega, protagonistas de la cinta y propiedad de la familia del director, que ha prestado su obra a este experimento dada "la vinculación directa de la industria cinematográfica con el mundo del marketing".

De hecho, cinematografías como la estadounidense prueban algunos de sus productos antes de estrenarlos aplicando técnicas de "neuromárketing", es decir técnicas que provienen del mundo de la neurociencia y se aplican al ámbito de la mercadotecnia.

"Lo que se hace es estudiar los efectos que la publicidad y otras acciones de comunicación tiene en el cerebro humano con la intención de poder llegar a predecir la conducta del consumidor", ha aclarado Hornos.

"Es una herramienta más que te permite conocer a tus clientes y con múltiples aplicaciones en todos los sectores", ya que se trata de un tipo especializado de investigación de mercados que utiliza mediciones biométricas como la actividad cerebral, el ritmo cardíaco o la respuesta de la piel de los sujetos estudiados para obtener conclusiones.

En el experimento han participado 32 personas de distintas edades y sexos que han asistido a la proyección del corto de Ramón Margareto con unos sensores en los dedos "que permitían comprobar la actividad cerebral a través del comportamiento de la piel" a medida que transcurrían los fotogramas que narran los 60 años de historia del Cine de Ortega.

Durante la proyección se han procesado y almacenado los niveles de atención y emoción de cada uno de los participantes y luego se analizarán para saber qué partes han emocionado más al grupo y a cada persona y se segmentarán en función del sexo, franja de edad y otra serie de criterios.

En el análisis de los datos obtenidos colaborará la Fundación para la Investigación Social Operativa y Aplicada, una entidad sin ánimo de lucro con sede en Madrid, que se dedica al campo de la investigación social.