El caso del director norteamericano de origen hindú M. Night Shyamalan es digno de figurar en las antologías del "bluff". Tras un prometedor inicio de carrera con "El sexto sentido" y una interesante e incomprendida película de "contacto" con los extraterrestres ("Señales"), alguien debió convencerle de que se trataba de un genio. Como suele suceder en estos casos, el joven talento empezó a envolverse en un aura mística y a bañar sus rodajes en una atmósfera de enorme y secreto acontecimiento que se tradujo en dos títulos con vocación de trascendencia: "El bosque" y "La joven del agua", tan retóricos como fallidos (la primera casi parece hecha por un epígono de Terrence Malick, la segunda por un sobrino de Ron Howard). Cuando las críticas arreciaron a raíz de "El incidente", llegó "Air Bender" y sus más acérrimos admiradores empezaron a sospechar que habían estado adorando a un falso ídolo. No sé lo que estos fans habrán pensado tras ver "After earth", pero para mí no ha supuesto ninguna sorpresa: es la película de un director que pierde fuelle a medida que su "obra" avanza.

Como la hipotética destrucción de la Tierra ya no conmueve, Shyamalan opta por otro enfoque. Emplaza al espectador en el mismo planeta, mil años después de que los últimos seres humanos partieran con destino a otros orbes. Lo original de su propuesta (tal vez el mayor hallazgo del filme, muy bien desarrollado por el equipo de producción) es que esa Tierra desahuciada se parece mucho al mundo prehistórico, con su naturaleza desmedida, sus amenazantes volcanes y animales que, tras alguna extraña mutación, se asemejan a las bestias antediluvianas.

Ese apuesta por la ciencia-ficción regresiva (un poco en la línea de "El planeta de los simios", citada al comienzo) choca sin embargo con un dibujo de personajes anclado en esquemas de ahora. Cypher Raige (Will Smith) interpreta a un militar de alta graduación que intenta recomponer los lazos con su hijo Kitai (Jaden Smith), traumatizado por un recuerdo de infancia (una serie de flash-backs recurrentes nos informan de que la muerte vino a visitar a su familia en forma de alienígena). De este modo, la película enlaza (a mi juicio de forma algo lineal y simplista) con las preocupaciones actuales relacionadas con el ejercicio de la responsabilidad, la dificultad de ser padre, la emancipación de los hijos, el temor a la pérdida de los seres queridos y la necesidad de proteger la familia, siempre amenazada.

Shyamalan ofrece todos estos tópicos a Will Smith, que a su vez delega el peso de la acción en su hijo. Dejando de lado la sensación (un tanto molesta) de que la película sirve para que el famoso padre de la alternativa a su hijo, "After earth" se presenta como un compendio de buenas prácticas castrenses aplicadas a un contexto de película futurista que en realidad habla del presente, y de cómo el hombre debe asumir sus tardías responsabilidades hacia un mundo que fue destruido (que va a ser destruido) por él.

Seguida de cerca por "Oblivion", "After earth" evidencia el cansancio de las ficciones post-apocalípticas en el cine norteamericano. Claro está que es mejor que cualquier "Amargeddon" al uso (por lo menos aquí hay algún encuadre decente), pero la historia de redención con un fondo de conflicto generacional ya ha sido contada tantas veces que el previsible duelo con el monstruo (precedida por invocaciones a la fuerza interior, línea George Lucas) solo se aguarda como se espera el fin de un bostezo.

Fuimos nosotros

Por otras películas sabemos que Shyamalan lleva un ecologista dentro, un yo concienciado que envía mensajes de advertencia al público como quien lanza botellas al océano. Por eso cuando a Raige Sr. se le menta la vieja hecatombe, emplea el plural mayestático: "Nosotros lo destruimos". Un rasgo honesto por su parte.

El arte de Sherriff y Shiu

No obstante sus defectos, "After earth" posee una excelente factura visual, en gran departe debida al ilustrador Dean Sherriff (cerebro en la sombra de los filmes basados en aventuras de héroes Marvel) y del artista conceptual Emmanuel Shiu, un talento salido de la productora de George Lucas (para la que hizo los diseños de "Star Wars: Ep. 1, La amenaza fantasma") y que participó asimismo en éxitos como "Harry Potter y el cáliz de fuego", "Superman Returns" y "Iron Man".