"¿Alguien en su sano juicio se atrevería a decir que la obra de Borges o Cortázar no es literatura?", se pregunta el cineasta tinerfeño José Cabrera Betancort, director del Tenerife Shorts, a la hora de valorar los estereotipos que aún encadenan al cortometraje a un género cinematográfico menor. "Con el corto sí que se atreven a restarle valor", comenta el responsable del Festival Internacional de Cortometrajes, una oferta cultural que celebró su primera edición en la capital tinerfeña entre los días 5 y 9 de septiembre. "Santa Cruz ha encontrado un festival de cine que está hecho a su medida", admite el "arquitecto" de una actividad cultural que no dispuso ni de un solo céntimo cedido por la administración local para hacer frente a su financiación.

¿Cuál es su balance del Tenerife Shorts 2013?

El festival salió mucho mejor de lo que todos esperábamos. Se consiguió llenar la sala de proyecciones del TEA con una entrada de pago en todas las sesiones, el público respaldó una programación de gran calidad y las perspectivas para el futuro son buenas. Santa Cruz ha encontrado un festival de cine que está hecho a su medida.

Llenar una sala de proyecciones en un periodo económico tan adverso es una heroicidad, ¿no?

Hay gente con cierto poder en el sector cultural que asegura que el cine ya no tiene futuro, pero Tenerife Shorts ha demostrado que lo que realmente faltaba era un programa de calidad para que la gente acudiera a las salas. La fórmula por la que apostamos fue la de traer obras que por otra vía no habrían llegado nunca a Canarias. Tradicionalmente el cine internacional siempre ha estado muy descuidado por los grandes festivales del Archipiélago; no digamos nada por los pequeños.

¿Qué estaba pensando cuando se atrevió a sacar adelante un proyecto de esta dimensión?

Supongo que algo de intimidación sí que existe y que por eso no se están haciendo cosas, pero el mundo de la cultura necesita estas quijotadas. El Tenerife Shorts es una quijotada que ya llevaba unos cuantos años maquinando mientras trabajaba en otros festivales de cine.

¿Y en qué condiciones se puso en marcha esta quijotada?

Con un equipo de trabajo que se entregó al máximo al proyecto, sin prácticamente ayudas económicas oficiales -la embajada de Australia y un centro cultural polaco dieron pequeñas partidas económicas- y sin recibir ni un solo euro de ninguna institución de la Isla. A pesar de esa falta de recursos nos parecía que era necesario sacar adelante la primera edición. El objetivo para 2014 es asegurar unos mínimos para poder profesionalizar este festival y conservar una programación de calidad.

¿Existe peligro de que los intereses del Tenerife Shorts puedan chocar con otros festivales como MiradasDoc?

No lo creo... El único parecido que hay entre nosotros es que en los dos festivales hay obras internacionales. MiradasDoc es una cita dirigida al cine de documental y Tenerife Shorts trabaja con cortometrajes. Nosotros contamos con unas limitaciones en cada corto y ellos no... No creo que las dos programaciones coincidan ni en un 1%. Tenerife Shorts no tiene el mismo espacio de trabajo que MiradasDoc; son compatibles. Ni van a compartir fechas, ni tienen nada que ver desde el punto de vista geográfico: uno se organiza en Guía de Isora y el otro en Santa Cruz. Cuanta mayor sea la oferta cultural, más opciones dispondrán los ciudadanos a la hora de elegir.

¿Por qué este género cinematográfico sigue teniendo tantos problemas para definir su espacio?

El espectador de cortometrajes está bastante descuidado. Esto es cine. Eso está fuera de toda duda y, además, es un cine de mucha calidad si se busca. El problema es que hay muchos cortos "on line" que se difunden a través de la red que no tienen unos mínimos de calidad. Un festival de cine que se precie tiene una sección oficial de cortos en la que se exhiben auténticas obras maestras. Esas "joyas" se habían quedado en el limbo porque no suelen verse por Canarias. MiradasDoc tiene una buena programación, pero su oferta está dirigida al cine documental. Tenerife Shorts, en cambio, quiere tener una mirada más amplia sin perder de vista un punto de partida vinculado con la calidad del producto.

¿Lo de buscar llegar al gran cine a través del mundo del corto es una carga o una realidad por la que tienen que pasar todos los directores?

El cortometraje tiene que vivir con esos estereotipos y muchos solo se quedan con esa fase de ensayo que en ocasiones te permite acceder a un largometraje, pero yo creo que el cortometraje es mucho más que eso. Es un género que al mismo tiempo contiene otros géneros... Yo lo comparo con la narrativa corta o el relato corto... Nadie se atrevería a poner en duda la narrativa breve de Cortázar, pero sí el valor de un corto. ¿Alguien puede decir que la obra de Borges o Cortázar no es literatura? Por esa regla de tres tendrían que decir que un escritor que hace un relato breve lo elabora con la intención de escribir su primera novela, ¿no? Hay obras que no buscan un objetivo posterior, sino un presente de calidad.

¿Pero hay riesgos de perder esa pureza por querer buscar algo más comercial?

Insisto, nadie puede creer que un buen relato corto tendría que haberse alargado un poco más y buscar un fin comercial. La narrativa breve y el corto deben tener el metraje exacto para asombrar al espectador o al lector en poco tiempo. No tiene sentido estirar algo que carece de emoción.

¿De qué manera ha condicionado esta crisis para muchos cineastas aparquen su gran proyecto por una aventura algo más modesta?

Los días en los que se necesitaban grandes presupuestos para acometer un proyecto cultural ya son historias. Hoy en día no existen grandes diferencias entre la inversión que se necesita para grabar un buen corto y un largometraje. Las diferencias están en los días de grabación y en las infraestructuras que se necesitan para una cosa u otra y, por supuesto, en la calidad de cada propuesta.